Llegó la cena, y nosotras ya no podíamos ni con nuestras pestañas. Menos mal que tenemos buenos amigos que nos llevan en coche como verdaderas princesas, y que nos acercaron hasta el restaurante Milagros, en Barrika.
Seguro que os suena el local, por que hace poco salí de allí con mal sabor de boca, y aún así, volví con seis amigos más a cenar. Por que la cocina de Milagros, la barra de sushi y el local merecen la pena, no sólo ir, sino volver, a pesar de los camareros con cara de cabreo, y de la falta de tacto de los mismos.
Nos sentamos los siete en una mesa redonda al fondo del comedor, y al poco nos acercaron una bandeja de pizarra con siete bolitas de entrante, mientras esperábamos a la cena: empezamos con totopos con queso y guacamole y sincronizadas de jamón y queso. La verdad es que lo mío con el guacamole es pasión, pero sí que es cierto que el del Tapachula daba la sensación de ser más casero, se apreciaban los trozos de aguacate y de tomate. Las "sincro" como siempre, buenísimas, de hecho acabamos comiendonos el queso de los totopos a cucharadas ¡y con las tortas de maíz!
Y de segundo plato, M y T compartieron la ensalada de ventresca con tomate (esa misma que no me dio tiempo a fotografiar, y que T "desestructuró" con un arte increíble!), y una enchilada de pollo, la misma que pidieron los chicos, y que sólo uno de ellos consiguió terminar. No estaba mal, gran cantidad, mezcla buena de sabores, pero para ser un plato mexicano, escaseaba el picante. Pero I y yo nos decidimos por el sushi. Y es que I es como mi doble: parecidas de altura, de pelo, de risa fácil, y gustos muy especiales. Así que no podíamos dejar pasar la oportunidad de compartir "geishas" de salmón marinado (gajos de aguacate con salmón marinado en lima y semillas) que M probó y quedó encantada. Y la especialidad Milagros, compuesta de 8 tipos distintos de sushi y algún trozo de atún rojo que fue protagonista de la cena.
Y de postre...de postre, no podía faltar ¡el volcán de chocolate! I, T y yo, nos pedimos el famoso postre, y al llegar el camarero, preguntó para quien era, le dijimos que para nosotras tres. Y una de dos, o no nos oyó bien, o definitivamente soy invisible: tras servir a T e I, se dedicó a preguntar al resto de mis amigos para quien era, mientras yo le hacia aspavientos, hasta que ya un poco mosca, le dije:
-"oye, ¿me tienes manía, o qué?
-"No, ¿por qué lo dices?"
-"El otro día nos cambiaste de mesa en plena merienda, y ahora no me sirves el postre!"
-"Uy, ya puedes disculpar, no me había dado cuenta. Y lo del otro día, la verdad es que acabasteis antes de que hubiera montado las mesas!"
-"No era tanta cantidad de comida"
Bueno, la cena fue tranquila, el servicio como siempre regular tirando a mal: a la vez que pedimos los postres, pedimos tres combinados y un valenciano, que se hicieron de rogar, y que tardaron en servir más de lo esperado y de lo debido.
MILAGROS RESTAURANTE
Carretera Sopelana-Plentzia
c/ Bideondo 1. Barrika
Para ser un mexicano, la comida no pica, ni se da la oportunidad de que pique: qué menos que ofrecer al cliente, aunque sea en plato aparte, una salsa típica mexicana, o unos chiles, o algo para animar ciertos platos. Los platos tienen buenas cantidades, y los productos tienen buen sabor y son adecuados. Quizás echo de menos el que la carta es demasiado estática, y ha llegado un punto en el que ya no sé qué mas pedir, por que lo he probado todo.
Pero sin duda la estrella es el sushi: I y yo estamos encantadas, nos gusta mucho, pero en ciertos restaurantes de Bilbao, el fuerte sabor a pescado nos suele hacer rechazarlo, y el de Milagros era perfecto. De hecho, dimos a nuestros amigos a probar el trozo de atún rojo, el cual se deshacía en la boca, con un muy buen sabor y textura, y a todos nos gusto mucho. ¡Todo un acierto!
Y junto con el sushi, el volcán de chocolate, relleno de dulce de leche o alguna crema similar, que ni T ni I ni yo quisimos compartir, como dice T: "no traigas más cucharas que esto me lo como yo sola!"
La pega, la de siempre. El servicio anda como despistado, cabizbajo, y sin siquiera ofrecer un atisbo de ilusión en lo que hacen. Se puede entender que es un trabajo, pero da la sensación que en vez de venir a ganar dinero con su trabajo, parece que los que pagan son ellos. Eso sí, nos invitaron a los tres combinados como disculpa por el detalle (feo) del otro día. Algo es algo.
Total de la factura: 197€
Para ir abriendo boca...
Totopos para todos
Sincronizadas de jamón y queso
Enchilada de pollo
Ensalada desestructurada por T:
"aaaayyy se me ha ido la mano!espera, que hago la foto!"
"Geishas" de salmón
Sushi mix!
entonces... ¿vas a volver o no?
ResponderEliminarMadre mia son las 11 de la mañana y viendo los platos me está entrando un hambre...Tienen todos una pinta buenísima....
ResponderEliminarYa había leido la entrada, pero no te había comentado...
ResponderEliminarAcabo de comer, y la boca se me ha hecho agua..., al final, como te pregunta Imperfectas, vas a volver o no? porque los platos tienen muy buena pinta! :)
Un beso!
Volveré, volveré...al final, les doy caña con lo del servicio, pero sé que son muy buenos en la cocina., así que una cosa compensa la otra. Además me da la sensación de que son conscientes de que su fuerte NO es el servicio ni la atención al público, y siempre que pueden tiene un detalle para compensarlo. :)
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