¿Os acordáis de ese programa de telerealidad, en el que una chica de Salou no hacía más que gritar "SALOOUUUU ES MIOOOOOO"!? Pues es mentira. El pograma ese de telecinco presentado por la Milá no es mentira, (ya podía ser mentira, un mal sueño), me refiero a que Salou no es de esta tia disfrazada de pastelito de fresa. Salou es de mi amiga M, de mi tia C y de La Ibense.
Vale, a mi tia C y a mi amiga M, es difícil que las vayáis a conocer, pero si pasáis por Salou, parada obligatoria en La Ibense (ya el momento discotequero-guiri en Pachá, Snoopeys, La Cage o lo que quede en pie, lo dejo a vuestra elección). La Ibense son unas heladerías que hay en varios puntos en Salou, y que conozco muy bien, que para eso he veraneado allí hasta que la uni me secuestraba en verano para los exámenes de recuperación. Veranos en los que mi hermano y yo nos poníamos morados a horchata, helados y granizados de limón. Nos hemos puesto muy muy pesaditos mi hermano y yo por un heladito de La Ibense en esos veranos en los que pasábamos allí una larga temporada en casa de mi tía C, intentando que ella, mis padres, mis primas, o el que tuviéramos a mano nos invitase a uno.
Y la semana pasada, cuando mi madre y mi tía C volvieron de pasar allí unos días, para celebrar las navidades en Bilbao, nos trajeron un regalito muy especial: turrones de La Ibense. Sí señores, resulta que en Salou no sólo hay discotecas, borrachuzos en veranos y guiris con marcas rojas, en Salou también hay buen aceite, buenos helados, unas tiendas increíbles (si o sí pasad por "20anys", eso sí, preparad la visa oro) y buenos turrones y dulces navideños. Que sepais que el ayuntamiento de Salou no me paga nada, ni La Ibense. Pero para los que nos une mucho a este pueblito, nos gusta dar a conocer la otra cara de Salou.
Están todos los turrones deliciosos, pero esta vez, mi querida madre (aaayyy cuánto te quiero maaaammmmiiii!!!! ahora es cuando se reirá, y me dirá que soy una payasa), nos trajo uno de chocolate blanco con pistachos y kikos, crujiente, dulce, salado, ¡una locura!; otro de trufado de pistacho y crujiente de frambuesa, concentrado y potente; y mi preferido, uno de chocolate con base crujiente, que está de morir.
Como veis, Salou es más que un lugar de veraneo, de desfase nocturno o de fiestas varias. Y merece la pena conocer esa otra parte, algún día os comento los restaurantes dónde disfrutar de cocina mediterránea de verdad.
LA IBENSE
C/Valencia, 14. Salou.
Helados de todo tipo, horchata y granizados en verano, y turrones y dulces navideños en invierno. Da igual cuándo vayáis por allí, pasad por el establecimiento que tienen en el paseo Jaume I, y seguro que repetís. De nada.
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