Este fin de semana, ha vuelto el invierno, aunque espero que ya sean ¡sus últimos coletazos! Y el sábado de cena, otra vez volvimos a sentir el frio en la mesa. Esta vez, I, T y yo misma acompañadas por dos amigos, fuimos a cenar a Brass 27 (¡me gusta el número!), un local nuevo en Licenciado Poza. Teniamos reserva para las diez, así que ahi que nos fuimos los cinco, más contentos que nadie por el reencuentro, por la cena, y por que juntarse con amigos, siempre da alegrías. (o casi)
Brass27 es un local estrecho pero muy largo, con una zona al principio para tomar algo y disfrutar de sus pinchos, y una zona al fondo, sin diferenciar con unas 5 mesas, para cenas. Una vez sentados, y ya mirando la carta, I, T y yo empezamos a sentir un déjà vu: el frío que venia por la puerta, situada al otro extremo del local era cada vez más intenso. Bueno, será que estamos sensibles, pensamos para nosotras.
Nos pusimos al lío: para compartir, una ensalada de pollo, y foie con pan de pasas. primero nos trajeron la ensalada, con tomate secos, pollo a la plancha, lascas de queso y piñones. No deja de ser una ensalada sencilla, pero que animaron con los piñones, el aliño, y cambiando un tomate normal por los secos (muy italiano todo). Después, el foie, a temperatura ambiente, lo cual agradecí mucho muchísimo, para poder disfrutar de su sabor. No estaba mal, aunque los he probado mejores, pero acompañado de las mermeladas y del pan, nos supo estupendamente, un rato. Hasta que los 9 "biscotes" (si, contadlos en la foto) se nos acabaron.
-"Perdona, ¿nos puedes traer más pan para el foie?- No recuerdo quien fue el aventurado representante de la Asociación de Comensales de Foie sin Pan.
-"¿No os he traido pan? ¿O quereis para el foie?"
-"Pues no tenemos ni de lo uno, ni de lo otro"
La amable camarera fue a por pan, mientras que la encargada de barra, entró en la cocina, y volvió con un bol y otros ¡10! biscotes. Vamos, un derroche de pan, oiga.
-"Yo no entiendo nada: te ponen dos trozos enormes de foie, para cinco, ¿¿y luego racanean el pan??"-los chicos estaban indignados...
Finalmente, nos comimos el resto del foie con el pan normal, digamos que no nos sentíamos muy a gusto volviendo a pedir lo que creíamos evidente: tanto foie, merece al menos el doble de pan, mejor que sobre, a que estemos pidiendo más.
Se acercaban los segundos platos, y el frio empezaba a hacer mella en las mesas más cercanas a la puerta: señoras que se cubrían con el abrigo, otras que se ponían el fular... y nosotras, por seguir incordiando, volvimos a llamar a la camarera.
-"Perdona otra vez, ¿seria posible poner la calefacción o aire o algo? Entra un frio por la puerta..."
-"Ya, está puesto el calor a tope, y la cortina de la entrada, pero con este frio, y la puerta abriendo y cerrando, no sirve de nada" (Andaaaaaaaa ¡¡¡¡¡la famosa cortina!!!!! Estoy por mandarle este post a la encargada del FrescCo, para que vea que la cortina, con aires heladores ¡NO SIRVE!)
Los chicos y T pidieron sendos solomillos, los cuales venían acompañados por patatas y pimientos rojos, mientras el de T con ensalada de rúcula y patata al horno (debía ser otro tipo de carne, de la cual no notamos diferencia), y con una graciosa marca BRS en la carne. Tierna, con sabor, y en su punto para cada uno de los tres, que lo pidieron a su gusto y manera. I y yo pedimos los chipirones con cebolla, dos unidades, medianitos tirando a pequeños, en su punto, tiernecitos, y con un acompañamiento, que sobraba: cebolla, que perfectamente podía ser de frasco, y que ni siquiera se habían molestado en calentar. Una pena. Llegados a este punto, las señoras de al lado se habían puesto el abrigo, nosotras el fular, los abrigos, y el de los chicos.
Teniamos unas ganas inmensas de irnos, pero nos faltaba el postre, y ninguno queriamos irnos de allí sin probarlo. Desde que entré en el local, y me senté a leer la carta, se me había antojado la tostada frita, ¡y llegaba el momento!
-"Un volcán para compartir, un yogur con crema de mango y una tostada"- yo feliz como una perdiz imaginándome la tostada
-"Tostada no nos queda"
¿¿COOOMMMMOOO?? ¿Para esto estoy yo aquí pasando frío? Pues sí señores, toda la comida esperando el postre, para que no tengan el que quiero... En fin, cambié por la tarta de queso, que la verdad no estaba mal, eso si, era una ración para dos, o tres, o cuatro. En vez de una fina capa de mermelada, venia con una buena cantidad de frutos rojos enteros, buenísimo. El chocolate, como siempre, triunfó, y lo que nos sorprendió fue la mezcla de sabores del yogur, con el mango y una bola de helado de coco.
Nos fuimos como vinimos, con el abrigo puesto, y con la sensación de haber cenado en la calle.
BRASS 27
C/Licenciado Poza, 27. Bilbao
Un local moderno, con ese aire DIY y vintage que tan de moda está. Tiene muy buena imagen, al igual que su barra de pinchos y la carta. Una pena que la sensación que me quedé no era de lo bueno que estaba algo (nada a destacar), sino del frio que pasamos. Cocina moderna, sin mucho trabajo, platos sencillos a los que intentan darle una vuelta, pero sin nada que lo diferencie de cualquier otro del estilo.
La cena bajo hielo nos salió a cada uno 32€
Me lo apunto, pero para cuando llegue el buen tiempo!!!
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