Viernes tranquilo, cinco amigos, y una cena, que parecía iba a ser tranquila. Quedamos los cinco en Bilbao, cerca de galerías de Urquijo, y nos fuimos a Paserella. Sí, ese italiano que lleva ahí desde que el mundo es mundo, que seguro que todos habéis cenado allí, pues ahí fuimos, que yo, nunca había estado.
Subimos al piso de arriba, ya que en el comedor de abajo no había sitio para todos. Empezamos a mirar la carta y el menú degustación, y terminamos mezclando un menú con varios platos para compartir entre todos. Para empezar, ensalada de tomate y mozzarella, que daba la sensación de que habían ido hasta Italia a por la mozarella de lo mucho que tardaron en servirnos. Lo mismo que el risotto de marisco, el cual por cierto no estaba malo, pero tampoco bueno.
Y si los primeros se nos hizo eterna la espera, las pizzas, tardaron mas aún. Al preguntarle a la camarera, nos contestó que se les había quemado. Vaya, pensé que esas cosas sólo me pasaban a mi, y no en un restaurante. La verdad es que para cuando llegó, se me había pasado el hambre, de tanto beber Lambrusco (madre mía qué vino maaaaas maaaalooooooo). Además el restaurante empezó a llenarse de gente, y el calor que se acumulaba empezaba a ser agobiante, sin más opción que la de abrir una ventana y rezar por que hiciera corriente.
Menos mal, que es llegar el postre y a todos se nos cambió la cara, y hasta se nos pasó el calor. Intenté no pedir el volcán de chocolate, pero chica, mis amigas son adictas, y no hay manera de desengancharlas. Así que crêpes con chocolate y volcán de chocolate para todos!
Al salir, hay un portal dentro de las galerías, justo a la izquierda, un portal que normalmente ni nos fijamos, menos esa noche, cuando los dos chicos que venían con nosotras salieron corriendo al ver un hombre tendido en el suelo en un charco de sangre. Aquello parecía de peli de miedo! Menos mal que uno de ellos ha sido socorriste y algo de primeros auxilios sabe, e inmovilizó al señor, que se fue algo mejor en ambulancia, al menos, hablaba, aunque andaba perdido. Pena no saber qué fue de él.
PASSERELLA
C/ Alameda Urquijo, 30. Bilbao
Uno de los primero italianos de Bilbao (que mi corta memoria recuerda), y que tiene buenos platos. La atención fue muy buena, y la verdad que estuvieron muy a tentos con nosotros. La pena, la lentitud de la cocina y el que no tengan aire acondicionado. Vale, no estamos en Málaga, pero en Bilbao, cuando hace calor, se nota.
Buena relación calidad-precio, eso si, no pidáis el volcán, no merece la pena.
Por 21€ pasé una noche de lo más agradable y surrealista con cuatro amigos.
Ensalada de tomate, rúcula y mozzarella.
Pizza!
El famosisisisisisismo volcán!
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