Diciembre fue un mes de lo más surrealista. Desde lesiones, pasando por trabajos nuevos, gente que se va, gente que vuelve, y sorpresas que se le ocurren a J'. Y pongo J' para no liarnos con mi amigo J (sí, ese con el que comparto el gusto de los chicos de brazos armados!). Creo que el pobre vio lo agobiada que estaba en la city, que un sábado decidió "secuestrarme" y llevarme a Santander. Que ya ves tu, una hora de coche y parece que cambias de mundo.
Me esperaba una sesión de spa y una cena de lujo en el Hotel Real, según llegué, lo primero que le dije:
-"Pero como no me avisas de que veniamos aquí!! Mira qué pintas llevo en vaqueros!!"
Claro, a él le entra la risa, pero chica, de haberlo sabido me pongo un vestidito, o algo más mono, ¿verdad? Pues eso, estos chicos, que no entienden...
Con semejante shock al ver el hotelazo en el que nos quedábamos el finde, necesitaba de urgencia un restaurante para invitarle a comer (¡qué menos!), asi que lancé un SOS en twitter, al que respondió raudo y veloz @igorcubillo, recomendándome "Lasal", asi que me puse a buscar el telefono en internet (bendito iphone), rezando a la vez a todas las religiones que recordaba para que tuvieran una mesa para dos, justo en hora y media. Y ¡premio! Allí que fuimos los dos, sin saber mucho a dónde íbamos, pero con apuesta segura, por ser una recomendación de "Lo que coma Don Manuel".
Un espacio diáfano, con una decoración moderna y minimalista (me encanta), y un camarero encantador, que nos acompañó a una mesa al lado de una ventana. Quise pedir el menú degustación, pero era para dos personas, y casi el 80% de los platos contenian algo de marisco, algo que mi querido J' no puede comer por ser alérgico, asi que tuvimos que ir a la carta.
Ensalada de ventresca (J' es fan absoluto) para compartir, con una presentación muy original en una hoja de lombarda, quizás un poco escasa la cantidad de ventresca, pero acompañado por un aliño de cítricos y semillas de amapola que le daba un toque de lo más original a un plato que resulta ya tradicional.
Para seguir, hubiera pedido todo: pero no era plan de que mi querido acompañante se asustara con lo tragaldabas que soy. Mientras él se decidió por el solomillo, con pastel de patata; yo pedí lubina (pescado del día) a la sal, como el nombre del restaurante, suponiendo que era una de las especialidades. El pescado, perfectamente presentado, sin salsas ni nada que tape el buen sabor de un pescado fresco, acompañado de unas verduras al vapor y setas a la plancha. Una ración más que suficiente para mi, de un buen pescado en la mejor compañía. Sin embargo el solomillo de J' tenia buen sabor, pero daba la sensación de que estaba hecho o a fuego muy lento, o que se había recocido. Una pena, lo quería al punto, esperábamos que estuviese dorado por fuera, y rosado por dentro, una pena, por que tenia muy buena pinta.
Mientras esperábamos el postre, un volcán de chocolate (volviendo a las costumbres), en la mesa de al lado pidieron "steak tartar", asi que vino una camarera, desplegó una mesa auxiliar, y dispuso todos los ingredientes junto con un bol rodeado de hielo, donde comenzó a mezclar todo. ¡Un plato con show en directo y yo sin enterarme! Esto se lo tengo que contar a Igor, por si no lo conocía. Ah, el volcán, bien, como todos los anteriores.
PD: Para Igor, te prometí que te lo dedicaba, y te agradezco con este post la rapidez y la amabilidad de siempre. Ya sabes, R&R FOREVER! ;)
PD: Para Igor, te prometí que te lo dedicaba, y te agradezco con este post la rapidez y la amabilidad de siempre. Ya sabes, R&R FOREVER! ;)
RESTAURANTE LASAL
C/Castelar, 5. Santander
Un sitio estupendo, con una atención de 10. Una carta con unos seis platos por especialidad, mas dos menús degustación. Tres ambientes distintos en un mismo local, que hacen de Lasal un sitio más que recomendable. Yo desde luego, se lo agradezco mucho a Igor, fue todo un acierto. De hecho, me he quedado con las ganas de volver para probar su famoso steak tartar, o cualquier de sus pescados a la sal, de esos que no aparecen en la carta y que da gusto disfrutar. Quizás me pareció que en la carne no acertaron en la manera de cocinarlo, puede que fuese el día.
Ensalada+solomillo+pescado+postres+cafés+tres copas de vino= 72€
A ras de suelo, un gran rayo de sol en medio de los nubarrones.
Y como aperitivo, croqueta de queso y crema de champiñones.
Ensalada de ventresca
¡Menuda presentación del solomillo! (Foto: J')
Lubina a la sal
Volcán de chocolate con frutos rojos.
Que envidia!! espero que disfrutaras mucho y que a la vez que desconectaras te relajaras un poco, que siempre viene bien.
ResponderEliminarsaludos