Ayer I vino a buscarme al trabajo, y mientras haciamos tiempo para reunirnos con T, decidimos ir a comer algo. A ver, pensemos, casi las cuatro de la tarde, con hambre, coche y sin ganas de aparcar por la zona de Artaza. Pues nada, nos subimos a Artea, y por un dia, la fuerza nos pudo, y nos saltamos un poco la #operaciónbuenorra, y acabamos en McDonalds. Sí, lo admito, no tenemos fuerza de voluntad.
El caso es que soy Cáncer, vamos, que soy igual de veleta que S, solo que mis opiniones cambian sin fastidiar a nadie. Y en plena cola, cuando nos tocaba pedir, voy y le digo a la chica:
-"Ensalada Manhattan"
¿¿EEIIINNN?? ¿Yo he pedido una ensalada en Mcdonalds? Pues sí señores, de repente mi parte Cáncer cambió de opinión, y decidio cuidarse un poquito (dentro de lo que se puede en un restaurante fast food)
-"Yo también, pero, ¿tenéis con pollo a la plancha?"- I mejor que no coma ciertos cereales
y frutos secos
-"No, viene empanado ya, pero si quieres hay con atún"- Sugerencia de la amable dependienta
-"Vaya, parece que el señor McDonalds no se acuerda de los alérgicos"
Me sorprende que con lo mucho que se empeña McDonalds en mostrar la calidad de sus productos, en demostrar que se puede llevar una vida sana con lo que ofrecen, no se preocupen en los celiacos, los intolerantes a los lácteos, o los alérgicos. No significa realizar un menú a la carta, y menos en un tipo de restaurante low cost, pero quizás no estaría mal poder ofrecer al menos una alternativa para quienes no pueden comer todos los alimentos que componen sus menús. Al final, una ensalada, ¿tan difícil es hacer con pechuga sin rebozar?
Dos ensaladas "Manhattan" con dos botellínes de agua, 13,20€
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