viernes, 14 de marzo de 2014

Receta: Crème fraîche a mi manera.

Hace un par de semanas J y yo nos fuimos a esquiar al Pirineo francés. Hemos dado con un pueblito a pie de pistas que nos encanta: es suficientemente pequeño para no encontrar agobios ni demasiada gente, y suficientemente grande para tener termas, pistas de esquí, y un hermoso Carrefour. Sí, un Carrefour. Grande. Ya ves, aquí, ni el jefe ni yo cocinamos, pero oye ¡que nos va un supermercado que no veas! Nos perdemos por los pasillos, investigamos productos, cotilleamos los libros... Somos de cosas sencillas. Bueno, a lo que iba, que estando en este Carrefour francés, mientras enredaba entre foie, queso y cervezas varias, encontré unos botes de crème fraîche. Anda, ¡crème fraîche! Pues me llevo uno, no sé para qué, pero me lo llevo.

Y ayer, me dio por experimentar. Bueno, eso, y ¡que está a punto de caducar! Así que como os prometí en instagram (¿¿que todavía no me has encontrado en instagram?? @theblackcity27) ahí os dejo la mezcla que hice con mi ingrediente francés:

Lo que lleva (a mi modo y manera):
-2 cucharadas soperas de crème fraîche
-dos lonchas de salmón ahumado
-pan de semillas
-8 espárragos trigueros
-cebollino a puñados (homenaje a Itzi @miotraella)
-zumo de medio limón
-pepinillos agridulces
-alcaparras
-una cucharadita de mostaza de Dijon
-sal Añana
-nuez moscada
-pimienta
-aceite

Necesitáis manchar unas cuantas cosas:
-cubiertos para manejar los ingredientes
-una sartén
-un bol para la crema
-una cazuela

Al lío:
1. Intenté poner los espárragos verdes directamente en la sartén, mi madre leyó la mente antes de hacerlo, y me dijo que primero les diera un hervor. Claro, dicho así parece fácil, pero por si acaso, investigué un poco y encontré este truco de Gure Sukalkintza. (aquí)

2. Los escurres, les cortas un poco el tallo, igualándolos, y los pasas por la sartén con un poco de aceite, que queden tersos, pero ligeramente dorados. 

3. Ponemos en un bol dos cucharadas de crème fraîche, el zumo de medio limón, alcaparras y pepinillo agridulce al gusto, y mezclamos.

4. Empezamos a montar: sobre el pan, untamos un poco de mostaza de Dijon. Un poco más. Más. Maaaaaás. Ale, ya vale. Luego los espárragos, un poco de pimienta, sal y nuez moscada. sobre los espárragos, el salmón ahumado, que si no os gusta, podéis cambiarlo por pavo o jamón de york (mira que no gustaros el salmón...). Sólo queda ponerle por encima la crema que hemos hecho en el paso 3, puñados de cebollino, foto para instagram, y ¡a comer!

PD: Para Itzi, que hoy tiene examen, pero ¡se que le va a salir perfecto! Allez ma petite, dans quelques mois je suis sure que tu vas être une grande chef! 



















martes, 11 de marzo de 2014

Lar: donde veas reuniones de trajeados, siéntate sin preguntar

En mi familia somos muy de celebrar todo, irnos a comer o cenar, y pasar un rato juntos. Así que hace algunos viernes, mis padres y yo, decidimos celebrar que era el no cumpleaños de los tres, y qué mejor ocasión para semejante acontecimiento que irnos a comer a Lar en Bilbao.

Y fuimos a Lar por mi madre: sí, mi madre, a la que dentro de poco le tendré que pasar el testigo del blog, ¡conoce los mejores sitios de Bilbao! Allí que nos presentamos los tres, en ese ¿restaurante? ¿tasca? ¿bar? no sé cómo definirlo, un lugar en el que viajas en el tiempo gracias a las fotografías de las paredes, las mesas y sillas de madera maciza, y es barra que ha visto pasar infinidades de historias.

Yo ni me había sentado, cuando viene un camarero, y nos pregunta:

-"¿Vais a comer carne o pescado?"

Pues hombre, ni me he quitado el abrigo, así que estoy yo como para pensar en el segundo plato. La cara de poker de los tres debió ser muy evidente, porque tras una risa, nos comenta:

-"A ver, decidme si vais a comer carne o pescado, y en función de eso, os preparo dos entrantes para compartir, y elijo el vino, ¿os parece bien?"
-"Uy, estupendo, así no tenemos que elegir, que es lo que más nos cuesta! Pediremos pescado"- mi madre anduvo rápida.
-"Hoy hay rape, y tenemos un rodaballo como para tres"
-"El rodaballo!"

Mientras intentábamos procesar esta escena surrealista, y él traía el vino (blanco) que habíamos pedido, comezamos a entender que Lar no es un local al uso. Primero probamos un Moscato, que nos resultó demasiado dulzón para la comida, así que nos trajo un Petit Chablis de 2011, que nos encantó a los tres. Y con esto, llegaron los entrantes: primero, unas almejas abiertas a la plancha, sin ajo, ni aceite ni tonterias, con el golpe justo de calor para que se abrieran. Una maravilla oigan, arrancaba muy bien la comida. Tras las almejas, unos corazones de alcachofa (#welovealcachofas) con un ligero rebozado, jamón y una crema que hicieron que el listón fuera subiendo a la velocidad de la luz. Entre plato y plato el camarero que nos atendía solia acercarse para comprobar que todo estaba bien. Sin duda, la atención iba de la mano con los platos. 

El local iba vaciándose y llenándose a la misma velocidad, señores encorbatados y con trajes que no eran de Zara, señoras bien, y caballeros bilbaínos de los de siempre que se saludaban de usted. Desde luego, Lar no era una "tasca" cualquiera, y toda esta gente no venía aquí de casualidad.

Pasados los minutos justos del disfrute del último corazón de alcachofa, a pareció de nuevo nuestro camarero con un plato enorme en el cual habia un señor rodaballo, que él decía que era para tres, pero ahi podían comer cuatro personas, y hasta cinco si se hubiera servido un entrante más. ¡Pedazo de bicho!

-"Madre mía, viendo este animal, está claro que no es de pscifactoría!"-mi padre alucinó con el tamaño del rodaballo.
-"Aquí cuidamos mucho la materia prima, tengo una persona de confianza que se encarga de traerme el mejor pescado y marisco. Y si no es el mejor, no me lo trae, porque sabe que hay unos niveles que mantener. Es más, siempre pido el pescado sin limpiar, quiero verle las tripas, y en función del color de las tripas sé si mi engañan o no."- menuda lección de pescadería más útil.

Comenzó a repartir el bichito entre los tres, y una vez servido, nos trajo un pequeño cuenco con un sofrito de aceite, ajo, perejil y guindilla.

-"Os recomiendo que primero probéis el pescado, y luego si queréis, le ponéis el refrito, aunque es una pena"

Evidentemente, los tres, muy obedientes, probamos el pescado, delicioso, jugoso, con esa piel que se te pega a los labios de la gelatina. Y ninguno nos acordamos del refrito. ¿Refrito? ¿Pa' qué, teniendo un rodaballo que casi viene cantando eso de "baaaajo el maaaar, baaajoooo el maaaar"? Nos lo comimos alegremente, disfrutando del sabor, y de las risas entre los tres. 

-"¿Qué tal el rodaballo?"
-"Estaba buenísimo, sin duda, hemos acertado pidiendo pescado"
-"Hombre, si me hubieseis dicho rape, os hubiera sacado el rodaballo. Es más, si pedís carne, ¡os saco el rodaballo también!"

Sin duda, el tio es bueno, sabe que su local no se va a llenar por ser el más moderno y lujoso, sino por lo importante: se come bien, y te atienden mejor. Y a veces, eso, no es la base de muchos negocios, es más, es la causa del cierre de muchos de ellos.

Para terminar, rematamos la comida con una tarta de queso y un bizcocho cubierto de chocolate y relleno de una crema de frutos rojos, ambos, caseros, of course. Desde luego, no podía haber mejor final. 


LAR
C/ Amistad, 3. Bilbao

Un restaurante con solera, encanto, y mucho mimo en la cocina. Sin duda desconcierta su modo atípico de presentar la carta, es más, ni la vi. Pero se agradece que el menú se conforme en función de los productos de temporada, un puntazo que el cliente se sienta asesorado y aconsejado por quien sabe qué productos tiene en la despensa ese día, y cómo puede combinarlos. Y ya para rematar, si encima te dice qué vino puede maridar mejor con todo lo anterior, creo que es como para repetir. La materia prima de lo que comimos, era de llorar de emoción, ese rodaballo daba penita comerselo de lo fresco que estaba, pero vamos, se nos pasó rápida la pena... Y sin duda, el chico que nos atendió, todo un referente para la hostelería. Me invitaron mis queridos padres, a una comida, que salió con todo lo anterior y el iva, sobre unos 50€ cada uno.
















martes, 4 de marzo de 2014

Hoy, The Black City en el Blog de Bori.

Hoy paso por aquí para deciros que SOLO VENGO A HABLAR DE MI LIBRO. Es broma, más bien dejar un enlace al Blog de Bori, ¡salgo en una de sus encuestas! Espero que os riais un rato, al menos la mitad de lo que yo lo hice mientras respondía a las preguntas.

viernes, 21 de febrero de 2014

Labeko okindegia en Bilbao (Pan de verdad!)

A veces me da la sensación de que en mi casa no me escuchan. O no se me oye, o pasan de mi, yo que sé. Pero el otro día me di cuenta (una vez más) que sólo es una sensación: después de marear a mis padres con la nueva panadería del Casco Viejo, después de meses atrás contarles que había visto unos croissants de naranja y chocolate en Labeko Okindegia, pero que se habían agotado; después de ponerme pesada, y creer que nadie me escucha, va mi madre y aparece con dos barras de pan y cuatro croissants de naranja y chocolate. 

Os imaginais mi cara de asombro-alegria-subidón, pero normal, tengo la mejor madre del mundo, y aunque parece que pasa de mi cuando le hablo, ¡se le queda todo grabado, oye! Desde luego, cómo son las madres. Nada más terminar de comer y devorar una barra entera entre los tres, saqué un croissant de la bolsa de papel, olía a mantequilla, a chocolate y a ricura. Al morderlo, un olor a naranja intenso, normalmente no me suele gustar la naranja en repostería, pero chica, una sabe apreciar lo bueno.

Un croissant, gordito, relleno de chocolate negro y de trocitos de naranja ¿confitada? ¿deshidratada? No lo sé seguro, sólo, que estaba buenísimo! Me he quedado con las ganas de probar el de chocolate y limón (mami, apunta, para la siguiente!), el natural y los de chocolate ya os puedo decir que son adictivos! 


LABEKO OKINDEGIA
C/ Carnicería vieja, 4. Bilbao

Para los que adoran el pan, para los que no tanto, para los que quieren probar pan de verdad y no los sucedáneos precongelados de los supermercados, indispensable hacer una visita a esta panadería. Seguro que salís encantados con sus panes, harinas y croissants. ¡Ya me contaréis!







martes, 18 de febrero de 2014

#Etxanobe21 by Fernando Canales.

Hace justo una semana, uno de mis queridos Manueles (@lqcdonmanuel) me remitía una invitación a un showcooking con Fernando Canales. No podía llegar en mejor momento: el martes empezaba mal con análisis, médicos y toda la fiesta que eso conlleva, pero fíjate que iba a acabar en todo un acontecimiento bilbaíno con un montón de bloguers. Señores, Bilbao se mueve, y cada vez los blogs de  cocina, viajes o gastronomía se hacen más presentes y activos en las redes sociales y en el mundo real. 

Llegamos al txoko Nekasu, frente al puente Euskalduna, y tras subir tres pisos, allí nos recibieron con una delantal Fernando Canales, Paul Ibarra (I+D de Etxanobe) y Javier Izarra (Tamarises), una que es muy torpe, acabó enredándose con el dichoso delantal, y Fernando con infinita paciencia, enseñandome a colocarlo (merci!). La verdad que fue un subidón quedar con "Eneko Sukaldari", "Pitxiflú" y "Gastrourdiales" antes; subir juntos y econtrarnos con caras conocidas como "Lo que coma don Manuel" y "Biscayenne"; y desvirtualizar a muchos otros como "Because Gastroblog", "Sweet&sour", "El txoko de Lonifasiko" (la parte masculina!), "Hombre lobo", "El blog de Bori" o a Julen (@skoorp). (Seguro que me dejo a alguien, ¡mil disculpas!)

Muchas gracias a Canales y su equipo por la experiencia, por las risas, a los blogs por contarme anécdotas, por hacer de ese encuentro un momento de diversión y complicidad, a pesar de no salir de twitter o instagram! 





¡Canales en acción! ¿Veis esa especie de ovni en el centro de la imagen? 
Pues es un super horno supersónico que alcanza los 600º. #yoquierouno

Round1: Tras la infusión de Dassi-presso, que le robé a Eneko (gracias Sukaldari!), vino el kibeh naye de gamba con gel de lemongrass. Algo así como un tartar de gamba, mezclado en frio para preservar todo su sabor, junto con un gel de lemongrass que resultaba delicioso. Listón alto en el primer entrante.

Round 2: Javier Izarra preparando la crema de yema para la cuajada de trufa blanca.

Paul y Javier preparando el siguiente entrante, ¡trabajo en equipo!

Voilà! Cuajada de trufa con pringuel casera y trufa negra

Round 3: Aqui pasamos a un plato que en su día Fernando presentó en el programa que se emitía en Localia. Tiene gracia, por aquella época, me solía sentar en el sofá con mi padre los domingos a ver esos programas, y no te fastidia que la semana pasada estuve con él. La de vueltas que da la vida. Por cierto, era pasta fresca con boloñesa de txistorra.

Round 4: Menudo juego que dió este plato. Txangurro de rabo en hueso. Aquí a Biscayenne y a mi nos entró la risa, intentando hacernos con la mayor ración, los huesos eran de distintos tamaños, y claro, semejante plato queríamos catarlo a gusto!

Round 5: Paletilla de conejo glaseada, y horneada a la velocidad de la luz. Bueno, casi, a 600º jajaja


Round 5: Cardamomo, en natilla y esferificado. 


Y éste, el resultado!


Round 6: Versión del bollo de mantequilla de Zuricalday. IMPRESIONANTE.



martes, 11 de febrero de 2014

Don Angelo, un bonito italiano en Bilbao

Este mes pasado mis amigas y yo, y casi sin quererlo, hemos estado persiguiendo (gastronómicamente hablando) a Patrizia Vitelli (@patriziavitelli), de hecho, creo que se ha olido la jugada y ha emigrado del país hasta la India, donde no hace más que darnos envidia con esas fotos maravillosas en una piscina, comiendo, o simplemente sin diluvios universales ni ciclogénesis-huracán como aquí. 

El caso es que nos juntamos I, T, un buen amigo de las tres y yo para comer. Sin más excusa que vernos, que desconectar y pasar un rato entre amigos. y después de ver que Patrizia había estado en el Globo, primero pasamos T y yo por allí a comer un pincho; luego leimos que había estado en el italiado Don Angelo, pues nada, ahí que nos plantamos. 

Bajamos las escaleras hasta el comedor principal, ese que parece que entras de repente en una peli de Disney ubicada en Venecia, colorines por doquier, y una amable camarera que nos comentó el menú del día. De primero, estaba claro, la ensalada, pero de segundo, ¿canelones de espinacas o lasaña boloñesa? 

-"Yo canelones"-I anduvo rápida
-"Yo también"-Para nuestra sorpresa, T pedía canelones de espinacas
-"Pues para mi el pescado rebozado"-Los chicos siempre llevando la contraria
-"Canelones también".

Llegó la ensalada, correcta, pero llena de detalles que me hicieron sonreír, desde las rodajitas de aceitunas negras y verdes, y no esa manía de ponerlas enteras y que rueden hasta Nápoles; pasando por los trocitos de tomate natural; las perlas de mozarella, o ¡¡esa lechuga de verdad!! Señores, ¡LECHUGA DE VERDAD! Es que es digno de mencionar y gritar, sobre todo hoy en día, donde Florette ha invadido todos los escenarios posibles donde pueda dar cabida a una hojita de lechuga. Casi lloro, no os digo más. 

Llegaron los segundos, con el "cuidado que el plato de arriba quema" pescado para nuestro querido; canelones para las tres Marías. Y en esto que estaba yo disfrutando de la bechamel, del queso fundido, cuando nos dice T:

-"¿Pero esto de qué está relleno?"
-"Espinacas"
-"¿Cómo que espinacas? ¿no eran de carne?"
-"No, eso era la lasaña"

Ataque de risa, la pobre T se lo acabó comiendo, no estaba mal, algo insípido quizás, sin mucho sabor, quizás si encima vas con la idea de unos canelones con tomate y carne. Pero rico al fin y al cabo. Sin duda estas cosas nos pasan por estar en tres universos paralelos, donde hay trabajo, proyectos, y dolores de cabeza varios en forma de (segunda) carrera universitaria. De los postres no tengo foto, ni mencionaré nada.


DON ANGELO
C/ Rodriguez Arias, 15. Bilbao.

Sin duda uno de esos restaurantes italianos de Bilbao de los de toda la vida. Me gusta esa estética algo demodé, nada de minimalismos, sino, lo que es, un italiano, que bastante ostentosos son ellos, como para plantar lineas rectas y sobrias en el local. El menú del día cuenta con unos cuatro primeros y otros cuatro segundos, por un buen precio, comes bien, sin complicaciones ni cosas raras. 

Para Patrizia, que espero que disfrute, que pruebe miles de especias, de comidas y nuevas recetas y que vuelva llena de grandes ideas. Te echamos de menos los gastroblogs de Bilbao! miss u, xxoo




Ensalada de lechuga de verdad!

Dos canelones, uy parece poco.

Madre mia, si además de espinacas tiene setas! De poca ración nada...




jueves, 6 de febrero de 2014

Entrada para la III Masterclass en Aizian.

Cosas que tiene el twitter: un día creas una cuenta, y al siguiente estás ayudando a un nuevo amigo. En este caso, es para Koldo, (@kanelus) que por motivos de trabajo no podrá asistir a la tercera Masterclass de Gure Sukalkintza en Aizian.

Por ello, pone a total disposición su entrada, que más vale que alguien lo disfrute que perder esta oportunidad! Una tarde entre fogones, con dos grandes maestros, y mucha gastronomía. ¿Cómo conseguirla? Escribe a Koldo via twitter, y ¡voilà!

Le puedes encontrar aquí:  @kanelus

martes, 4 de febrero de 2014

Masterclass Gure sukalkintza (2º edición)

Hace ya unos mesecitos que me apunté a la masterclass de Gure sukalkintza, Cocina Vasca en Aizian. No, no es que dure meses y meses y meses, es que a diez días de la próxima edición, me ha entrado la nostalgia, y he recordado aquella tarde en la que disfruté de la gastronomía de la mano de Josemi Olazabalaga (Aizian) y de Zuriñe García (Andra Mari). Dos grandes de la cocina vasca, a medio metro de distancia, #tomaya.

Pues nada, allí que me presenté, sin nociones, ni nada más que un boli y un dos móviles, y el cargador. La tarde prometía, sobre todo cuando allí me encontré con Eneko (@enekosukaldari) y con un buen amigo, A. La verdad es que nos mostraron mil y un secretos, anécdotas, txakoli que circulaba a raudales (eso es un buen anfitrión y lo demás son tonterías!), y por supuesto, unos platos de quitar el sentido. Vamos que merendé, cené y algo, aprendí. 

10 días, y alguna entrada queda, sin duda, un muy buen plan para pasar una tarde diferente.



Curioso ver un servicio desde dentro: Josemi empezaba a emplatar lo que sería nuestro primer entrante, tras la explicación de los ingredientes, y de los trucos, lo mejor es ver el resultado final.

Platos a cuatro manos: buen equipo, buena compenetración, y nosotros, que se nos hacía la boda agua. Esperábamos con ganas los mejillones!

Últimos toques por parte de Zuriñe, mientras Josemi nos explica cada ingrediente.


Y ¡Voilà! mejillones sobre crema de anchoas y helado de mango y vermouth preparado. ¿A que suena heavy? Pues está de muerte... era la segunda vez que lo probaba, y aunque no soy muy amiga de los mejillones, esta vez era imposible no acabar queriendo repetir. 

El segundo entrante nos encantó no sólo por la materia prima, setas de temporada, sino por ser varias recetas, que podíamos adaptar y repetir en casa. Sin duda, mis preferidos, los hongos a la plancha, ese sabor a monte, me encanta. Cinco tipos distintos de setas, en cinco preparaciones. 


¡Paparazzi!

 

 Tercer entrante, seguimos con los hongos como protagonistas: esta vez, acompañados de varios ingredientes, que sin duda enamoran a cualquiera, huevo a baja temperatura, carranzana y cebolla morada. Y los huevos, de los de verdad, tanto, que a Eneko le tocó con doble yema! 
Impresionante el huevo a baja temperatura con ñoquis de carranzana y jugo de cebolla morada de Zalla.

Bacalao en su jugo con moluscos y tirabeques: diez días en aceite de oliva, del bueno. Una suave cremita con moluscos, y el crujiente de los tirabeques. Ese color verdoso que veis, es del maravilloso aceite que acompañaba al taco de bacalao, sin piel, delicioso. Vamos, sólo por este plato, mereció la pena ir. 

Tras el plato de Zuriñe, vino la propuesta de Josemi: su taco de bacalao a baja temperatura (viva el slow food!) venía acompañado de clado de garbanzos y salteado de callos y hongos. Segunda vez también que probaba este plato, lo de los callos me llamó mucho la atención la primera vez, quizás con un sabor demasiado fuerte para mi, como me ocurrió esta vez. Pero es esa cosa de amor-odio, que te resulta un sabor extraño, fuerte, pero que no puede dejar de comerlo. Eso me pasa a mi con este plato. 


Bueno, ya llegados a este punto, muchos no podíamos ni con al txakolí. Menudo trasiego de maravillas en forma culinaria que nos estábamos comiendo. Pero todavía quedaban dos postres, el primero, de la mano de Zuriñe, perfectmante podía ser lo que muchos mal llaman a otros postres "muerte por chocolate". ESTE sí que era muerte (placentera) por chocolate: un bombón de chocolate y naranja, con una especie de mousse cremosa de chocolate, tierra de chocolate, y helado de caramelo y especias. ¿Qué? habéis flipado, verdad? Pues ale, todos a Andra Mari!


Aquí, Josemi presentaba uno de sus postres estrella, todos sacamos de la nada ese segundo estómago específico para postres, para poder disfrutar de la torrija. Podría decir que es dulce, sin empalagar; que la crema con el caramelo de naranja es adictivo, que el helado de arroz con leche casa que no veas... pero debéis probarlo. Sino, no sabréis nunca porqué todos los que hemos pasado por Aizian siempre siempre siempre pedimos como mínimo, una ración de este postre. 




jueves, 30 de enero de 2014

Para ti, T, por arreglar el mundo conmigo desde El Globo.

Hace ya unos mesecitos que escribí sobre el pincho de txangurro de El Globo. Así como que fue en febrero 2012, vamos, antes de ayer. Y tiene gracia, por aquél entonces, le dediqué el post (éste) a mi querida I (sí, lo consiguió, ¡su proyecto salió adelante!), y esta vez, volvemos al mismo lugar de partida, volvemos a El Globo, pero no es I, sino T a quien dedico este post.

Las cosas están complicadas en cualqueir sector, qué decir que encontrar trabajo es jodido hoy en día (disculpad la expresión, pero no se me ocurre otra palabra que lo defina mejor). Y ella, T, es una luchadora, no sólo por su sueño personal, que poco a poco va consiguiendo, sino por ser capaz de decir bien alto y claro aquello que no le gusta, aquello que cree injusto, y pelea como nadie por sus derechos, por los que le quedan al menos. 
Si me permitís, seguiré esta carta dirigiéndome a ella, seguro que se rie, y luego me dice eso de "estás fatal rubia!"

Ole tú, ole tu fuerza, y ole ese ímpetu por decir las cosas claritas, y sin acobardarte. Porque (déjalo, jamás lograré escribirlos bien!) alucino cuando de repente, parece que ya no puedes más, que estás cansada, y sin más, como el ave Fénix, sacas fuerzas de la nada, y nos impulsas a todos los que tienes cerca. Que son muchos. Somos muchos los que estamos feliz a tu lado, somos muchos los que te admiramos y queremos, y que sabemos que vales mucho, tanto, que a tus superiores no les da para entender la suerte que tienen de tenerte en su equipo. Porque (sí, ya van dos, en serio, ni te molestes...jajaja) nunca han tenido a alguien como tu, con tu capacidad de trabajo, dedicación y esfuerzo. Pero un día lo verán, ¿la pena? que para ellos será tarde, tú habrás volado, estoy segura.
Pekenia, que I y yo estamos a tu lado, como todos los que te conocemos, que cuando estés de bajón, piensa que puedes apoyarte para volver a coger impulso y volar, lejos, muy lejos, to the moon and back, three times. 

Por las risas, por lo que nos une, por la amistad, por esos pinchos a media mañana antes de comer, por las discusiones que acaban en un "ale, pues que te den! pero te quiero mazo!", por las escapadas a la Cantabria no tan profunda, por ese dúo de tiburones, por ti, te quiero.

No hay nada mejor que intentar arreglar el mundo acompañada de una buena amiga, y de un pincho de txangurro en El Globo, os lo recomiendo.





lunes, 20 de enero de 2014

Crêpes de nutella para uno. (y sin trucos)

Sospecho que mi hermano trabaja en un bazar chino en Madrid. Él dice que trabaja en una empresa importante, una multinacional con distribución mundial, y unas oficinas de infarto. Pero no me lo creo, porque, a ver, lo mismo aparece un día con un lote de cremas, otro con una maleta, al mes siguiente con una paletilla (¡UN JAMÓN!), y un día cualquiera, con una cesta con productos de lo más dispares, entre ellos, un preparado para crêpes. En realidad, mi hermano es un artista, que trabaja en una empresa genial, con unos compis encantadores, tan estupendo es su curro, ¡que le relagan cosas perfectas para mi blog! Así que un domingo se me antojaron unos crêpes: uy, voy a intentarlo con el preparado ese.

Intento 1: sigo las instrucciones al pie de la letra. Mezclo con agua en la proporción indicada, tengo una crema, una masa. Pongo la sartén, vierto el primer cazo con la masa.... ¡¿qué leches le pasa a la sartén?! Se empieza a pegar la masa a la sartén, no entiendo nada. Vaya, ¿será la sartén?

Intento 2: Cambio de sartén, le pongo otro cazo del preparado este. Bien, espero que salgan las burbujitas para darle la vuelta... ¿¿Otra vez?? Ale, otro crêpe a la basura. Pues va a ser que no es la sartén, ¿será la masa?

Intento 3: Le pongo un poco de aceite a la masa, quizás es esa la razón por la que se pega... Pues no. OOOOOtra vez que tengo que tirar el revuelto asqueroso y quemado.

Evidentemente, le he dado tres oportunidades, así que vamos a pasar al plan B. Crêpes de toda la vida, sin preparados industriales, con su leche, huevos, harina, aceite. Y aunque tengo una receta bajo la manga que he usado desde hace años, revolviendo por internet me topé con "Recetas para uno", un blog genial, perfecto para torpes como yo, que cenamos solitos, o preparamos crêpes para moi.

Y aquí mi versión de los crêpes para uno: 
-3 cucharadas soperas de harina.
-1 huevo
-1 vaso de leche (quizás no lo uses todo)
-una pizca de sal
-una pizca de azúcar
-media cucharadita de café de aceite.
-mantequilla, nutella, fresas, nata, siropes varios, mermelada.... para el desayuno.
-pollo, huevo frito/cocido, queso, jamón serrano, york, ensalada... para comer o cenar.

¿Y con esto qué hacemos?
Sacamos la batidora, mezclamos el huevo, la harina, y unos tres cuartos del vaso de leche. Ale, a darle con garbo, un buen rato, hasta que esté todo mezclado, y sin grumos. Quedará como una crema, líquida. A diferencia de las tortitas, que al llevar levadura, es mejor que repose 24 horas, la masa de los crêpes podeis usarlo al momento. 
Calentamos la sartén, con un poquito de aceite o mantequilla, al gusto, y un cazo de la masa, lo repartimos por la sartén, y cuando empiecen a salir burbujitas, le damos la vuelta. Un poco más, que se dore por el otro lado, y ¡al plato!
Y aquí, es donde teneis que dejar volar vuestros gustos: en dulce, a mi me gusta con caramelo o chocolate y nata, y con fruta fresca. En salado, con un queso crema, espárragos verdes y salmón ahumado; guacamole y pollo; o como proponen en "Delicias boca", con un huevo, jamón serrano y lechuga. 


Never more. 

¡Tachán! No han quedado mal, ¿no? 
Con una receta para uno, nutella, azúcar glas y fresas.

sábado, 18 de enero de 2014

Hamburguesas en "Hot dog's house"

Yaaaaa, ya lo sé, os tengo abandonaditos. Este mes, está siendo complicado, y sin tiempo para sentarme tranquila un momento y ponerme a escribir. Se me están acumulando las fotos, los restaurantes, las anécdotas... pero no os preocupéis está todo ordenadito, y esperando a terminar de editar para publicar. 

Sin embargo, este mes J me ha sacado de casa unas cuantas veces para que desconectase un poco. A decir verdad, es él el que está eligiendo últimamente los sitios donde cenamos, vamos que estoy en un plan vago, hasta para decidir dónde cenar, y eso nos lleva a que J elija ciertos lugares en función del postre: "A ver ¿dónde cenamos hoy?" "Uy, me apetecen las tortitas del Hot dog's house!"

Dicho y hecho. Nos acercamos hasta el local situado en Alameda San Mamés, y esta vez, para no variar, pedimos las patatas de maíz, sin duda, para mi son las mejores patatas fritas, asi que para romper la tradición, en vez del hot dog, pedí una hamburguesa de carne de buey. Si es queeeee vivo al limite, pido hamburguesas en un local de hot dogs. Este es un tipo de restaurante donde el producto es totalmente adaptado al cliente: tú decides qué salchicha quieres en el hot dog, qué tipo de carne en la hamburguesa, si va con pepinillo, cebolla, queso o cualquier otro ingrediente. Una hamburguesa jugosa, en su punto, y como si la hiciera en casa, poniendole todo tipo de cosas, convirtiendola en imposible de comer sin desparramarla por el plato. Y ahora llega la razón por la que fuimos a "Hot dog's house": ¡sus tortitas! Yo casi nunca llego a pedirlas, me pongo morada a patatas, y sin ganas de postre, y añadiendo que soy más de salado que de dulce... pues eso, que siempre pico de la de J, con chocolate y nata.


HOT DOG'S HOUSE
Alameda San Mamés, 34. Bilbao.

Un sitio que siempre está a tope, vamos yo voto por que compren el local de al lado, o que abran otro, ¡siempre está a tope! Los chicos que están tras la barra son super atentos, según entras, te saludan y te toman nota, no son nada pesados y siempre te preguntan si está todo bien. Un pequeño negocio, que se ha hecho un hueco entre tranta franquicia impersonal, apostando por productos locales (os juro que casi lloro cuando vi que la lechuga, era LECHUGA y no Florette), o con productores como Thate para las salchichas. Indispensable ir, sólo por probar las patatas de maíz, en serio, ¡son brutales!






miércoles, 15 de enero de 2014

Un señor de Bilbao, vuelve en 2014.

Salir con J es sinónimo de risas. Es quedar con él, y no saber ni dónde vamos a ir, ni dónde tomar algo, y mucho menos dónde cenar. Primer sábado de 2014, y los dos, quedamos para ir a dar una vuelta por Bilbao, ver cómo le ha sentado a nuestra ciudad el nuevo año, y de paso, comer algún pincho. 

De rebote, y sin saber, acabamos pasando por Pozas, delante del Okela "no, aqui, no. Desde que reformaron el bar, la cocina no es lo mismo", y acabamos de rebote (again) en Gaztandegi, el original, el de García Rivero, que aunque estos dueños no preparan el mítico volován de queso que comía de pequeña, la barra sigue siendo una perdición. Eran casi las nueve y media y a J se le ocurrió ir a cenar a "Un señor de Bilbao", un sitio que le gusta mucho. Fuimos a reservar mesa, y allí nos atendió un chico muy amable, al que le dijimos que vendríamos en media hora. Uy, media hora. "¿Y ahora dónde vamos? Vamos al "Joserra" a comer un pincho, que seguro que te gusta, y no lo has puesto en tu blog." En particular de Indautxu hay un montón de bares, pero sin duda el "Joserra" es el que más solera tiene, unos camareros entraditos en años, súper amables, eficientes, con chalecos de punto azul marino, y unos pinchos de morir. Los champis recién hechos, las tortillas que desfilan sin apenas dar tiempo a apoyar el plato, los de jamón... en fin, tercer zurito, carcajadas con las genialidades de J, casi me caigo de la silla del ataque de risa, y una reserva para cenar que nos esperaba.

Al llegar a "Un señor de Bilbao", nos acomodaron en la planta de abajo, estaba todo lleno al completo, eso de la cuesta de enero, debe ser solo para unos pocos que no nos da la vida. Al leer la carta, supimos que íbamos a pedir un menú ya preparado, y yendo con J, es inevitable que ése sea el "Menú chuletón" que también nosotros somos unos fenómenos, después de ponernos morados a pinchos y zuritos, ahora nos queremos cenar un menú chuletón. Semos asín. 

De aperitivo, cuatro croquetas como bolas de hockey, que no pude terminar, y J acabó comiendose una de las mías. Tras el aperitivo, el foie de la casa, dos lonchitas finas (demasiado para poder apreciarlo bien) con muuchos panecitos tostados, un detalle que pongan los suficientes como para no tener que andar pidiendo más al camarero. La verdad es que nos encanta el foie a los dos, cada vez que voy a Francia a trabajar, traigo unos cuantos tarros de mi-cuit, que resulta que cerca de mi ofi francesa hay una granja de patos. #soyunasuertuda 
Aquí ya las risas llenaban la cena, no recuerdo de qué hablábamos, solo que nos moriamos de la risa. Quizás de ver que estabamos ya a reventar, y todavía nos quedaba la ensalada, el chuletón y el postre. Si es que no podemos irnos de pinchos antes de cenar. Apareció la ensalada de tomate, con bonito y cebolleta, refrescante, algo picante por la cebolla, y con unas lascas hermosas de bonito. Agradecimos este parón en el menú, justo antes del chuletón. A ver, yo me esperaba un chuletón con hueso, y dos dedos de grosor, de hecho me estaba entrando sudores fríos sólo de pensar la que se nos venía. Menos mal, que era algo más pequeño de lo que nos esperábamos, laminado, y con un buen puñado de lascas de sal. Tierna, sabrosa, y en su punto, es decir, más bien cruda. No sé exactamente cómo debe ser un "chuletón" quizás asocio esa palabra a una pieza algo más grande, y me alegro de que esta vez no fuera tan grande. 

Conseguimos acabar con la carne, las patatas y los pimientos se libraron (por esta vez), pero cuando llegó el postre... nos dio por reinos otra vez: coulant de chocolate con crema de vainilla, y bola de helado. MA-TA-ME camión. Pues nada, ataqué como pude, me comí la mitad del coulant pero imposible acabarlo. Pedimos la nota, y ¡oh sorpresa! J pidió una copa de vino ribera del Duero Semele, por 3,85€, chica, cómo están los vinos.


UN SEÑOR DE BILBAO
Particular de Indautxu.

Un restaurante modernito, con ese toque urbano y chic que tanto está de moda, y que ellos han sabido adaptar a Bilbao. Tengo un amigo que cada vez que le llevo me dice que el local está a medio terminar, pero chica, a mi me encanta. La carta no es muy extensa, lo justo con los platos necesarios y con una buena selección. Igualmente, unos cuantos menús (el de navidad estuvo muy bien), a buen precio, entre ellos, el menú chuletón, de 36€ iva incluido, que comimos los dos, más una botella de agua por 2,75€ y la copa de J, de 3,85€. 
Por cierto, el local, a rebosar, y los tres pobres camareros, que no daban a basto, sin quitar la sonrisa de la cara, ¡bravo!