jueves, 26 de septiembre de 2013

Perdiz, perritos y La Charcu de Bilbao.

A mi estos cambios de temperatura me vuelven loca. Más de lo habitual. Hace unas semanas fui a renovar el DNI, súper contenta con una foto que tiene un par de años, pero que es la única en la que me veo bien, así que os imagináis con qué cuidado la guardaba. Total, que uno de estos días, al ir a entrar al curro y buscar el DNI (sí, los amables seguratas no me dejan entrar si no me identifico, da igual que entre y salga todos los días), ¡oh sorpresa! ¿¿dónde leches he metido yo el DNI?? Pues nada, que lo he perdido, así que con toda mi cara, con el calorazo de estos días, me he plantado en la comisaría de la  policía nacional, a ver si poniendo carita me colaban... y oye, los lagrimones y la cara de pena ¡han funcionado! 

Ahí que entro, y le cuento mi película a la funcionaria de turno "no, mira, es que he perdido el DNI, y claro, es urgente, porque lo necesito para..." "Nada, mujer, tranquila, si no eres la primera! Algunos lo han perdido hasta tres veces" #tomaya. Nada, 10€ (otra vez) y copia del DNI que me hice hace dos semanas, al menos me han mantenido la foto.

Y nada, que a mi la burocracia y el papeleo me dan hambre, así que ya que estaba cerca de Indautxu, decidí acercarme hasta "La Charcu" en la Plaza Campuzano. Un local que no lleva mucho tiempo, y que siempre me ha llamado la atención. Tienen seis mesas, en un local amplio y neutro, con grandes ventanales y la carta en una pizarra enorme. Las ensaladas, puedes pedirlas en medias raciones, algo que tenia que haber hecho, ahí anduve poco lista, pidiendo la de perdiz salvaje escabechada con mousse de oca. Una pedazo de ensalada como para dos o tres, muy bien aliñada, y con una buena ración de perdiz desmigada, con un suave toque al escabeche y a la pimienta negra. Cuatro trozos de mousse de oca acompañaban perfectamente el plato, algo sencillo, que llena, no empalaga y que resulta original.

Aunque comí sola, no me sentí así, tenia a María, Eneko y los Manueles vía teléfono; a las señoras cotillas de la mesa de al lado pegando voces sobre el hijo de nosequién; y un perrito precioso que decidió tomar la sombra justo donde daba mi mesa. Y encima, me lo pasé pipa buscando perdigones entre la perdiz, que para algo era salvaje, y como bien me dijo la camarera, las habian cazado para el restaurante. Un puntazo! Para la perdiz no, claro, pobrecilla. 

Por cierto, tres días después, fui a ponerme la cazadora vaquera, y ¿a que no sabéis qué encontré en el bolsillo? El DNI que creía perdido! #soylopeor


LA CHARCU
Plaza Campuzano, Bilbao.

Un local que sirve como charcuteria con unos embutidos de lujo, y como restaurante para picar ese mismo embutido, ensaladas, bocadillos o raciones. La verdad es que me sorprendió y agradó el local, así como la atención de las camareras.

Ensalada como para tres, 9€


Pedazo de ensalada...

La bolita de la izquierda, un perdigón, el resto pimienta negra.

La mejor compañía!

martes, 24 de septiembre de 2013

Perrito faldero en Madrid

Me encanta Madrid. Quizás porque no vivo allí, y cada vez que voy descubro algo nuevo, quizás porque vive mi hermano casi mellizo y siempre me descubre algún restaurante interesante. La última vez que fui a verle, nos llevó a "Alfredo's", una hamburguesería a la que hay que reservar con unos cuantos días antelación pero que merece la pena. Y sino, pasad por el post (éste) ¡y veréis qué hamburguesas!

Cuando esta vez me dijo que íbamos a un sitio de perritos calientes, la verdad es que me imaginaba un local cutre tipo Kebab (con todo mi respeto hacia los Kebabs, que menuda solera tienen), y nada comparado con el restaurante "Perrito faldero", un lugar donde no coinciden dos sillas iguales, donde las paredes están llenas de sombras de perros dibujadas sobre un papel blanco, y la comida sorprende desde que la lees. 

Fuimos los cuatro cual familia feliz, guiados por las sugerencias de mi hermano: dos ensaladas de pollo, dos perritos falderos, y dos "perriburguers". Mientras esperaban nos trajeron un pequeño aperitivo, sencillo, pero delicioso, hummus (el corrector me pone "humus") con unas tostaditas de pan que nos supo a gloria. Y no habiamos terminado el hummus, cuando llegaron las ensaladas. ¡Qué ensaladas señores! Parece que todo está más que inventado, y sin embargo, nos sorprendió muy gratamente. Un fondo de lechugas (sí, de la siempre presente Florette, o similar) con tomatitos cherrys, lascas de queso, croutons bien hermosos y caseros y trozos irregulares de pollo con un rebozado crujiente. Y digo irregulares y quiero decir naturales y caseros, de esos que coges la pechuga y la cortas  en tiras, lo que hace que nunca haya dos iguales. Todo aliñado con una suave vinagreta de mostaza y miel, deliciosa.


¡Y llegó el plato estrella! Por un lado, el "perrito faldero" una salchicha bratwurst de 26cm (#tomaya) en pan de brioche acompañado de cebolla crujiente, rabanitos, pepinillos, queso fundido, ketchup y mostaza, el típico perrito caliente, reinventado y sin duda con una receta más que acertada. La salchicha en su punto, con un sabor a especias y pimienta que acompañada de las patatas fritas con piel, sabia a maravilla con pan, de brioche por cierto. El segundo que pedimos (compartimos la mitad de cada uno) era el "perriburguer" una hamburguesa con el tipo de un perrito caliente: parecia una salchicha, hecho a base de la carne picada de una hamburguesa, deliciosa, jugoso per suficientemente compacto para mantenerse a cada mordisco sin estropearse. Lo mejor era el acompañamiento, a base de cebolla morada marinada, lima, aguacate y maíz, ingredientes que no había encontrado antes en un perrito caliente.

Si toda la comida fue mejorando plato tras plato, la carta de los postres se nos hizo escueta y sin mucho donde elegir, pedimos la tarta de almendras, que suponíamos iba a ser algo densa. Y no nos equivocamos, teníamos que haber pedido el helado con crema de mango. #otravezserá



PERRITO FALDERO
C/ San Lorenzo 4, Madrid.

Además de tener un local precioso, en una calle tranquila y estrecha de Madrid, cuenta con moderneces de esas que me encantan: menú del día con varios platos a elegir, y con la posibilidad de hacerlo "take away" con un descuento encima del 10%. La presentación de los platos, muy cuidado, y muy estilo gastroblog, sobre tablas de madera y papel reciclado con el logo del restaurante, cazuelitas vintage cada una de un color para servir las patatas y manteles individuales que dejan entrever la maravillosa mesa de madera maciza. Tengo ese punto hipster sin serlo, chica, un fallo (o no) más a añadir a la lista. Si quieres un restaurante diferente en Madrid, y a muy buen precio, apunta éste. 

Comida de un sábado soleado en Madrid, para cuatro por 79,50€




Aperitivo a cuenta de la casa.

Ensalada de pollo


Mi paraíso: bandeja de multitud de mostazas y salsas!

Perriburguer

Perrito faldero

El postre!





viernes, 20 de septiembre de 2013

Ron y ginebra en Bilbao

Sería muy gracioso ver cómo un cliente pide un Big Mac en Telepizza, lo mismo pensé cuando estando en "La compañía del Ron" vi a unos clientes pedir una caña, un café con leche y un gintonic de G'Vine. La cara del camarero era un poema, principalmente porque ni tiene cafetera, ni tiene tiradores de cerveza, y supongo que alguna ginebra tendrá (de casualidad), pero dudo mucho que sea G'Vine.

La compañia del Ron, es como su propio nombre indica, un local dedicado a esta bebida, donde lo mejor es dejarse aconsejar por su camarero, un chico encantador, con mucho sentido del humor, que prepara también unos combinados sin alcohol, que están buenisimos. Un lugar en el que descubrir que hay vida más allá del Ron Barceló, Matusalén o Santa Teresa. 

Fuimos a tomar algo una noche de viernes, el local es minúsculo, pero tiene mucho encanto, la poquita decoración que puede permitirse en tan poco espacio, es genial, las botellas, perfectamente colocadas y esa luz, ese entorno que te traslada a una isla con Jack Sparrow (#iloveyou).

Desde luego, merece la pena pasarse, nosotros probamos unos cuantos rones diferentes, entre ellos un Ronmiel que nos encantó. Y si sois más de ginebra, pasaros por el blog de Eneko (www.enekosukaldari.com), allí teneis otra buena recomendación, "La abadía del gin tonic", imprescindible pasarse.


LA COMPAÑIA DEL RON
C/Maximo Aguirre, 41. Bilbao.

Combinados, 7,5€



jueves, 19 de septiembre de 2013

La chuleta sin espina, ni de casualidad la mejor de Bilbao.

Hace un mes vi un ranking de los mejores restaurantes de chuleta de Bilbao, y me sorprendió ver en segundo lugar un local que no conocía: "La Chuleta sin espina". Me chocó, sobre todo al ver que por debajo se encontraban históricos restaurantes especializados en chuleta como Indusi, Mendipe o Casa Rufo. 

Una noche, fuimos cuatro amigos, nos sentaron en una mesa de madera con unas sillas un tanto incómodas, y nos dieron la carta. Tras mirar las opciones, acabamos eligiendo un par de menús distintos, rondaban los 30€ y tenían buena pinta, además de que eso hacía que nos quitara trabajo en pensar qué íbamos a cenar.

Empezaron a llegar los platos, el primero, una ensalada de pulpo, de la cual no me gustó mucho la presentación, quizás era el aceite con pimentón que para mi gusto, sobraba. La ensalada se componía de patata cocida, fria no, helada, unos pimientos rojos, lechugas variadas y cuatro (4) trozos de pulpo. No estaba mal, para no ser cocinado al momento. Pero vaya, de casero, tenia poca pinta.

Seguimos con los segundos platos, unos chipirones a la plancha pequeñitos, con buena pinta, pero sin mucho sabor, y un acompañamiento que me sorprendió: pimientos verdes fritos. Buenísimos, por cierto, pero curioso en el plato. Tras ellos, la chuleta, ¡ay la famosa chuleta! Tenia el listón muy alto, quizás por las expectativas creadas por las críticas leídas, y por la imagen que yo misma me habia creado en mi cabecita. Llegó el plato, (PLATO, nada de piedra, brasas, o parrilla), con una chuleta, más bien fina, con hueso, hermoso tamaño, y buena presencia. Pero vaya, nada destacable. De hecho, no estaba mal de sabor, pero me esperaba algo más, algo de ese restaurante que está entre los dos mejores según críticas anónimas. 

Cuando voy a comer un chuletón, o una buena chuleta, hay unas cosas que ya doy por hecho, y que en La chuleta sin espina no encontré. Lo primero, que por el precio, mucha cosa, no podía ser; segundo, la presentación era muy de batalla, como si la carne no fuera la protagonista, como si no hiciese falta saber el punto de la carne a la que la quiere el cliente, o como si no vistiese más traerla en una plancha o un plato especial que en uno llano sin más compañía que unas patatuelas y tres pimientos verdes. Una chuleta demasiado grande para lo fina que era, y a mi parecer, muy mejorable.

Os hablaría de los postres, pero apenas los pude saborear, un arroz con leche y un flan recién salidos de la cámara, que no sabían a nada, más que a frío. Una pena, decían que eran caseros.



LA CHULETA SIN ESPINA.
www.lachuletasinespina.com
Paseo Uribitarte, 41. Bilbao.

Se me van a tirar a cuchillo unos cuantos con este post, pero no me importa, no puedo estar más en desacuerdo con las críticas de las chuletas de este restaurante. Ni de lejos es mejor que Casa Rufo; ni pensar que supera al chuletón de Mendipe; ni color con Indusi; y seguramente hay unos cuantos mejores que La chuleta sin espina, donde más bien la carne es normalita, la presnetación justita, y el sabor, sin nada que destacar.

Comimos por menos de 30€ cada uno, con bebida, IVA, pero sin piedra para la chuleta.


La ensalada-piscina de pulpo

Mira qué ordenaditos los chipis!

Sorry, me puse a comer antes de la foto!

lunes, 16 de septiembre de 2013

Planchaditos en Bilbao

Hay veces en las que me va el riesgo. Sí, me sale la vena inconsciente y pido pinchos que sé de antemano que van a ser un fiasco. Es más, según veo los ingredientes y el precio, ya puedo predecir hasta el grado de pésimos que pueden ser. Pero aún así, los pido. Para ver si todavía pueden ser peores de lo que imagino.

El sábado mientras esperábamos a unos amigos, J y yo nos pusimos a empezar una de las muchas misiones imposibles en Bilbao: aparcar un sábado a la noche. Pasamos de largo por el parking de la Alhóndiga, esperando no tener que usarlo, enfilamos alameda Urquijo, y a la altura del número 48, ¡un sitio! ¡¡¡UN SITIO LIBREEEEEEE!!!  (léase cual anuncio de Limón&Nada, "un palo un paloooooooo"). Aparcamos, y al salir descubrimos un bar nuevo: "Planchaditos". Uy, de este no he escrito en el blog, ale, nos vamos de cata. 

Un bar de lineas sencillas, moderneo del que se lleva ahora, patrocinio de CocaCola por doquier, y mucho "1€". Tienen una carta tipo "Los 100 montaditos" en versión hiper reducida, y low cost, que en los tiempos que corren es lo que más atrae ahora mismo. Pedimos unas bravas, un "croquetón" de jamón y brocheta de langostinos, caña y vino blanco, todo a 1€. Las bravas, pasable, por un eurillo, ración justita, y salsa de bote, que ni frio ni calor, ni pica ni sabe a ná. La brocheta, pues eso, no sé si era un langostino miniatura, un trozo de sucedaneo de algo similar a un langostino, qué era aquello. No sabía absolutamente a nada. Pues eso, que arriesgo, apuesto a que va a estar malo, y acierto. Sin embargo, la croqueta, no estaba tan mal, para ser congelada, claro. 



PLANCHADITOS
Alameda Urquijo, 48. Bilbao.

Muy bien situado, en una zona de pinchos, de nivel alto, y sin embargo, parece que algo no cuadra, esos precios tan reducidos en pleno barrio de Indautxu. Mucho bolso de Loewe, Vuitton, con bravas a 1€. Que igual los bolsos eran de Loeve, y Buiton. A saber.













lunes, 9 de septiembre de 2013

Pinchitos

Hace años, solía ir con mis padres de ruta de pintxos por el casco viejo de Bilbao: no faltaba nunca el mejillón del Baste, las pelotas de un bar en la plaza nueva, y por supuesto un pincho moruno en el Melilla y Fez de la calle Iturribide. Era como entrar en otro lugar, otra ciudad, esa parte de iturribide huele a especias, la calle se estrecha y se vuelve más oscura, te cruzas con gente de todos los lugares que te puedas imaginar, y a penas ves un bilbaíno con txapela.

Pero de eso ya hace unos cuantos añitos. Las últimas veces que he pasado por ahí, me lo he encontrado cerrado, espero que haya sido coincidencia, y que no hayan tenido que cerrar el negocio. Ahora los pinchos morunos en Bilbao han cambiado de lugar, han pasado de esa calle donde huele a Marruecos, a una zona donde más bien te ahogas en colonia, de una calle estrecha y oscura a una zona con jardines y amplias aceras. Se trata del café Iruña, en jardines de Albia, donde se siguen sirviendo esos pinchos, misma receta, misma forma de cocinarlos, y misma mezcla de limón con picante. Pero no es lo mismo del todo, no sabe igual, la solera que daba Iturribide, lo siento, pero no lo tiene el Iruña. A pesar de todo, están deliciosos.




jueves, 5 de septiembre de 2013

Mao, el McDonalds de los restaurantes asiáticos

Creo que después de un año y medio de blog, más de uno sabéis que el sushi es una de mis debilidades, pero T no comparte ese gusto conmigo, de hecho no entiende cómo I y yo nos lo comemos con tanta alegría. Así que un viernes aprovechamos que nuestra querida T se iba de fin de semana para pegarnos un atracon de sushi. O eso pensábamos, hasta que nos dieron más de las once de la noche, y no nos dio tiempo a llegar a Sumo.

Así que nos fuimos al plan D: cenita en Mao, uno de esos restaurantes pertenecientes al grupo Mao restauración que incluye unos cuantos restaurantes en Bilbao.

Un local inmenso, en el que nos sentaron en una mesa para cuatro, aun siendo dos, servicio rápido, y nosostras con las ideas claras: california rolls y maki sushi para compartir, y para seguir pollo teriyaki y ternera szechuan. Creo que me limitaré a comentar lo que me gusta de estos restaurantes, en concreto Mao, que es donde a mi gusto bordan la ternera: trocitos de carne con un suave rebozado y una salsa entre dulce y picante con verduritas, que crea adicción. Al menos, a mi. Bueno y a todos los que vienen conmigo que acaban picando de mi plato.

Sin embargo, el sushi... Pues eso. El que es fan de verdad, el que disfruta comiendolo, no me negará que el mejor en Bilbao, es sin duda Sumo y Shibui (aunque con precios prohibitivos), lo siento mucho, pero estos restaurantes, y el de Carrefour no dejan de ser parches para arrebatos y antojos de sushi que le entran a una en sitios "rarunos" como el supermercado. Los cuatro tipos de maki sushi me supieron exactamente iguales, lo unico que cambiaba era la textura de cada uno de los ingredientes; el arroz frio, helado; y el california maki, una cosa indescriptible de arroz, con chatka de esa de Krissia (entre Florette y Krissia anda la hostelería) y algo que parecía aguacate. Pues eso, las fotos lo dicen todo.

Para terminar, nos lanzamos a la piscina, sabiendo que en estos restaurantes, los postres no son su fuerte, pero oye, somos chicas de Bilbao, ¿miedo nosotras? Ale, pues nos pones helado frito, a ver qué es eso. Pues el helado frito es una bola enoooormeeee de helado de vainilla, recubierto de una masa que nos supo a churros refritos, "elegantemente" decorado con virutas de colores y chorretón de chocolate industrial. Y la cereza. Que no falte la fruta, que estamos a dieta.


MAO
C/Ibañez de Bilbao, 11. Bilbao

El fast food de la cocina asiática está en el grupo Mao. Cinco restaurantes, en los cuales la rápidez en el servicio, el espacio y el amplio horario, así como sus precios low cost, hacen de ellos lugares habituales para los bilbainos. 
¿La comida? Para gustos. 

Cenita para dos, 44€








martes, 3 de septiembre de 2013

La Foca Nicanora en Bilbao

Ultimamente me pasan cosas surrealistas. Y cuando estoy con I y con T, más aún, pero lo bueno es que todo suele acabar en carcajadas y lagrimas de la risa. 

Una tarde de este verano, una cualquiera en la que nos vamos las tres a trabajar, salimos cansadas como casi siempre, y con hambre. Yo no sé, pero chica, cada vez que terminamos un trabajo, acabamos de comida/cena, como esa tarde, en la que nos encontrábamos cerca del museo Guggenheim, y nos fuimos a La Foca Nicanora a cenar. Es una pizzería que lleva ya unos cuantos años en Bilbao, y que siempre ha tenido muy buena fama por sus pizzas, de masa fina y crujiente, y por unos nachos con queso, cuando pocos más los hacían por aquí.

Nos sentamos las tres en la terraza, y pedimos una pizza familiar de barbacoa, y unos nachos con queso para compartir. El tiempo se nos iba en una conversación animada, hasta que pasados unos 20 minutos llegaron los nachos, con el queso derretido sobre unos nachos crujientes. Teníamos tanta hambre que los devoramos en nada, dejando queso en la cazuelita de barro, por lo que pedimos unos cubiertos para comerlo. Ahí fue nuestro error: pides un "cubierto" y lo más lógico es que te traigan una CUCHARA. Si, sí, una cuchara para comer el queso que sobraba. Nosotras tampoco lo entendimos, y el consecuente ataque de risa, era inevitable. 

Bueno, seguimos con nuestra conversación, cuando la camarera nos trajo una pizza, nos quedamos las tres mirándola, hasta que T dijo:

-"Esta pizza no es nuestra: ni es de barbacoa, ni la habiamos pedido de dos tipos!"

Oootra vez a esperar que nos trajeran la nuestra, y cuando llegó, las tres atacamos sin piedad. Hacía mucho que no iba a La Foca Nicanora, y quizás la imagen en mi cabeza estaba algo sobrevalorada. La pizza, de buen tamaño, buenos ingredientes, nos resultó grasienta y pesada, con escasa salsa barbacoa. Un chasco, oye, nosotras que íbamos con toda la ilusión de esa pizza. Una pena.


LA FOCA NICANORA
C/ Iparraguirre, 3. Bilbao.

Ibamos con el listón muy alto de nuestros recuerdos de infancia, y al llegar lo que pensábamos era una pizza maravillosa, nos llevamos un pequeño chasco: poco condimentada, poca salsa barbacoa, y muy grasienta. Sin embargo, la esencia de su masa fina y crujiente sigue intacta, así como esos nachos de bolsa con un queso fundido sobre cazuelitas de barro.


Por unos 35€ nos reimos un buen rato en la terraza de la Foca Nicanora.



Mmmmmmm... nachos!

Que no era broma! Nos trajeron una cucharilla de postre para el queso. WTF?

No, si buena pinta tenia...

Y al comer la pizza, descubrimos ese momento blonda!!!!!!

domingo, 1 de septiembre de 2013

Bienvenidos a septiembre, con pollo sabe mejor.

Odio El Corte Inglés. Os juro que lo odio. No me extraña que haya dependientas que estén todo el día de mala leche, que algunas te ignoren y que otras directamente no aparezcan: ¡si no ha terminado el verano y ya nos están mandando de vuelta al cole! A ver señores, que oficialmente todavia es verano, y con los poquitos días de sol que tenemos en Bilbao, merece la pena alargar esa sensación de calma al menos unos días más. Cerrar lo ojos y sentir la brisa, el viento que revuelve mi pelo cual videoclip de J.Lo, oir las olas del mar Cantábrico y ese olor a pollo asado que te hace pensar eso de "yo quiero el ala, yo quiero el muslo..."

Anda que no hay nada más veraniego que ir a comer a una cervecería un pollo asado, con ensalada y patatas fritas. Qué vicio, qué vicio más sencillo, qué vicio tan rico. Y ya, si es después de una mañana en la playa, todo sale redondo. Por eso, tras vegetar cual lagarto al sol en la playa de Gorliz, nos fuimos cuatro amigos a comer a la cervecera Kilimanjaro. El menú, sencillo, y predecible: una ensalada mixta, tortilla de patatas, morcilla, patatas fritas y por supuesto el protagonista indiscutible ¡¡el pollo!! Bien asadito, con la piel crujiente, la ensalada, perfecta para cuatro, con lechuga de verdad, trozos hermosos de bonito; morcilla churruscadita, y una tortilla de patatas IMPRESIONANTE. La verdad es que iba tan centrada en el Sr.Pollo, que no esperaba una tortilla de patata tan buena: cremosa, bien fundida la patata con el huevo, y a medio cuajar. Sensacional. Evidentemente el postre era un helado sin mayor relevancia, pero es parte del ritual veraniego: playa+pollo+Calippo.

¡Bienvenidos a septiembre!
Por cierto, que haya dependientas en El Corte Inglés cansadas, que pasen de los clientes o que sean bordes, es cuestión de estadística: en un grupo de X dependientes, seguro que hay un % de simpáticas, otro % de encantadoras, y por desgracia, como todo en la vida, un pequeño % de petardas. #sinofender



CERVECERÍA KILIMANJARO
Uresarantze bidea, 29. Gorliz

Una terraza amplia y un ran comedor interior repleto en los meses de verano. Nos atendieron la mar de rápido, y eso que fuimos tarde a comer. La ensalada, completa, con tomate, bonito, huevo, aceitunas espárragos (cuatro, un detalle que haya uno para cada uno!) y una lechuga natural, no e nuestra querida Florette. Y el pollo, maravilloso, crujiente y jugoso en su pechuga, como la tortilla, de verdad, merece la pena ir por probarla.

Los cuatro, comida de verano, 35€ con dos botellas de agua de 1,5l