miércoles, 27 de marzo de 2013

Hamburguesa&Foie

A estas horas muchos estareis ya de vacaciones. O en camino. O preparando la maleta. Y es que estos días de respiro vienen bien, salir de la rutina, desconectar el móvil, e internet. Y eso es lo que he estado haciendo estos días atrás, en los pirineos franceses, disfrutando de la ausencia de cobertura, del silencio y del frio al sol. 

Y yo, cuando me voy de vacaciones, (aunque sea poco), me voy a no hacer nada, quien dice nada, dice  no cocino, no limpio, no hago la cama. Vamos, que eso de "me voy a un apartamento que es mas barato" no va conmigo... Así que en una de las cenas, nos fuimos a comer unas hamburguesas muy francesas, con foie fresco a la plancha. Una hamburguesas sabrosa, con diversos tipos de lechuga, queso, unas finas lonchas de tomate, salsa "burguer" y foie fresco a la plancha. Lo de la salsa "burguer" me dejó totalmente intrigada, hasta que vi que era esa misma salsa que ponen en el McDonalds en la "Crispy McBacon" que en España ya no sirven, pero que podeis probar de la mano de Calvé o Hellmans. Acompañando a la hamburguesa, una montaña de patatas congeladas, y otro tanto de ensalada con aliño típico francés, con mostaza.

Contra todo pronóstico, me terminé la hamburguesa, y viendo que me encontraba en el pais de los crêpes, pedi uno de Nutella (la Nocilla gala). Yo super emocionada, esperando un crêpe recién hecho con la nutella semi-deshecha, y van y me traen un plato con dos de ellas, nutella y azúcar glass (¿?). Me llevo a la boca el primer trozo y oh mon dieu! ¿¿POR QUÉ ESTÁ FRIO?? Menudo bajón, qué manía les ha dado a los franceses por tener hechas ya los crêpes, ¡si no cuesta nada hacerlo al momento! Vaya tristeza. Menos mal que estando de vacaciones, hasta un mal plato parece menos malo.

Hamburguesa con foie en un lugar tranquilo del pirineo francés, 15,80€, crêpes fríos con Nutella, 4,00€






lunes, 25 de marzo de 2013

Milagros, así, SI.

No es la primera, ni la segunda, ni creo que la tercera vez que hablo del restaurante Milagros. Esta vez, nos juntamos cuatro viejas amigas (por el tiempo que nos conocemos, no por serlo!) para ponernos al día, para arreglar el mundo a nuestra manera, y criticar un poco a los hombre-veleta que nos trastornan. 

Todas teniamos algún chascarrillo que contar, pero el peor era el de mi amiga la que viaja de país en país por trabajo, y que fue capaz de dejarlo todo por irse a los USA con un amor que ya la habia dejado sola. ¿Por qué volvió con él? Ni idea, ni idea de la razón por la cual depués de que te dejen, te ignoren, se despreocupen de tí, vas, y cuando te dicen que vuelvas, tú, dejas todo y vas. Pues nada, ale, allí que se planta, en los USA, y después de un mes, (menos mal!) se da cuenta de que toooodo sigue igual, de que lo que el muchacho necesita es compañía, que claro, "en los USA estoy muy solo" ¡Anda y que te den! ¡Si te aburres, cómprate un mono!

Estas historias en las cuales cada una tiene su versión del porqué los petardos siempre vuelven, (la mia estoy por patentarla, no vaya a ser que me forre gracias a mis veletas personales), sientan mejor con algo para compartir, como por ejemplo unos nachos con guacamole y queso, y  un plato curioso, "Hortalizas y verdes brasa, rulo de cabra y romesco + teriyaki de pimientos asados". EL primero, de diez, como siempre, y el segundo, una ración un pelín escasa para mi gusto, quizás por que los trozos de mazorca de maiz, calabaza, berenjena, tomates y espárrago, nos supieron a poco. Unos trozos de verdura con gran sabor a brasas, que fuimos comiendo mientras estudiábamos la posibilidad de meter en esas brasas a la gente petarda de nuestras vidas.

Para seguir, estaban claros los platos: "geishas de salmón", uramakis de aguacate con tomate seco y queso crema y tataki de atún rojo. INCREIBLE. Las geishas son unos gajos de aguacate envueltos en salmón marinado en lima, algo que hay que probar sí, o sí, por su increible sabor, su finura y por que está que te mueres de bueno. Y PUNTO. En cuanto a los uramakis, he probado varios, y son todos muy originales, sin sabores fuertes a pescado y con una cuidada presentación: el arroz, en su justa medida, en su punto, y sin anular por completo al resto de ingredientes. En concreto este de tomate seco es uno de mis preferidos, pero vaya, para gustos los colores. Lo del tataki de atún se le ocurrió a una de mis amigas, que es fan absoluta de este pez, y que ahora me ha contagiado a mí. Diez trozos hermosos de atún rojo, ligeramente dorado por fuera, y con todo su color en el interior, a temperatura ambiente (cosa que agradezco cuando como pescado crudo/previamente congelado) y con cebolla caramelizada por encima. Sin palabras. El pescado en su punto, perfecto, de textura maravillosa, y mejor sabor. En este momento, ninguna de las cuatro hablaba. Ni siquiera de los petardos que nos han mareado.

En este punto de la cena, ya nos reíamos todas de todo, y sólo esperábamos el volcán de chocolate de Milagros. Cuando volvió el camarero, me dijo: 

"-Tenemos torrijas si prefieres..."

Ayyyyy amigo, la que has liado. Claro, éste me conoce, y ya sabe por donde cojeo. Pues nada, torrija para la menda. Una pedazo de torrija de unos tres dedos de grosor, con una costra de azúcar caramelizado, y un jugoso corte que hacia que pareciese una esponja empapada en leche con toques de caramelo y regaliz. Estaba sabrosa, con gran sabor y bien bien bien pringada, como debe ser! Tan buena estaba que hasta que no la terminé no reparé en el helado que habían puesto de acompañamiento, que sinceramente, con semejante postre, ni me había dado cuenta.

Terminando ya la cena, nos dimos cuenta de que las cuatro estábamos estupendas (cada una en su edad,  yo no estoy para quejarme, que soy la pequeña), las cuatro con trabajo, y las cuatro con una carrera prometedora. Así que mi teoría de las mareas, se sigue cumpliendo: 

"Los ex son como las mareas, por muy lejos que se vayan, 
siempre hay un momento en el que vuelven a tocar las narices



MILAGROS RESTAURANTE
Carretera Sopelana-Plentzia
c/ Bideondo 1. Barrika


Parece que he estado en otro restaurante completamente distinto: a pesar de que estaba (como siempre) lleno hasta la bandera, nos pidieron amablemente que esperásemos un momento a que nos cambiaran la mesa que tenian para cinco. Durante toda la noche estuvieron atentos, rápidos y agradables. Sin duda, van mejorando, no sé si justo por que ese día estaba el otro encargado, y la barra y el comedor iban mejor, o que justo tenian el día iluminado.
Sea lo que fuere, la cena estuvo perfecta, la comida, perfecta, y la compañía, aún mejor.

Totopos+verduras brasa+geishas+uramakis+tataki atún+3agua+vino+cuatro postres= no llegó a 120€

Y los cafés, regalo del restaurante. 


Los uramakis de tomate seco y las geishas de salmón.

Tataki de atún

Torrija!

jueves, 21 de marzo de 2013

Miu, el primo de La Mary.

Ya ha llegado la primavera, las flores, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, las alergias... esas cosas de la primavera. Y aunque parezca increible, ¡el sol y calor en Bilbao! Esta semana T andaba fuera por trabajo, así que I y yo aprovechamos para escaparnos a Miu. Llevábamos tiempo queriendo ir a comer allí, pero T no es muy amiga de la cocina oriental, así que lo íbamos posponiendo, hasta el infinito.

Cuando llegamos a Miu, sobre las tres de la tarde, el sol pegaba con fuerza en la city, y estar en la calle esperando la cola, nos hizo terminar en mangas de camisa. Tras unos diez minutos al sol, un camarero nos acompañó a nuestra mesa (uy, cómo me suena este chico...). Nos acercó una carta para cada una con el menú del día, y poco después un segundo camarero, con pendientes de aro, nos preguntó que queríamos:

-"Hola guapas, ¿os puedo tomar nota?"

Perdona, ¿¿nos ha llamado "guapas"?? A ver, que I es un bellezón, que la tía parece una modelo sueca, pero chico, de ahí que a los clientes les trates con tanta cercanía...no sé, no lo veo. Ni siquiera en La Mary, ni en su primo el japonés, Miu. Al de un rato, empezamos a notar un aire frío, que nos recorría el cuerpo: aire acondicionado, justo sobre nuestras cabecitas. NO-ME-LO-CREO con el buen tiempo que hace vamos a pasar frío por el aire acondicionado... lo que faltaba.

Bueno, los platos empezaron, a llegar, con la ensalada de atún. Una ración justa, y correcta, viendo que el menú se compone de tres platos y postre. Unas hojitas de lechugas variadas, unas láminas de atún y una vinagreta con diversas verduritas. Bueno, quien dice vinagreta dice vinagre en estado puro y en litros. El exceso de vinagre hizo que nos la malcomiéramos, sin valor de llamar al "camareroguapa" para que nos la cambiase.

Los siguientes platos, decidimos compartir, asi que pedimos "california uramaki" y los "uramaki del día" que consistía en salmón marinado. Ocho trozo bien presentados, y que me recordaban a los que hacian en sus inicios en Sumo, pero menos originales. La verdad es que nos sorprendió lo buenos que estaban, la cantidad de relleno, y la justa medida en arroz. Además, se agradeció que el salmón estuviera ligeramente marinado, de modo que el pescado no sabia justamente a eso, a pescado (pasado).

Llegado este punto, las seis chicas de oro de la mesa de al lado ya tenían sus pieles puestas, y nosotras empezábamos a acercar los abrigos, el huracán que provocaba el aire acondicionado, no remitía. Llegaron los segundos platos: fideos de arroz con verduras y "buta no atama" (no confundir con el "hakuna matata" del Rey León), los primeros, insulsos, sin apenas sabor, y tres trozos que conseguimos encontrar de verduras y algo que parecía carne o algo parecido. De hecho, dejamos prácticamente todo el plato en la mesa. La segunda opción tampoco mejoraba, unos trozos de cerdo, frío, de buen sabor, bien presentados, pero frío. Lo mismo que el puré de calabaza que lo acompañaba, frío, que deslucía completamente el plato. Una pena.

Para terminar, (aquí ya estábamos con la chaqueta puesta), el amable "camareroguapa" nos dijo que el "carpaccio de kiwi" se había terminado...vaya, una pena. El resto de opciones eran helado de té verde (es el nuevo sabor vainilla en tema helados), y bizcocho de té verde. Me sorprendió que no añadieran una nueva opción de fruta, tanto helado, tanto dulce...


MIU
Plaza Arriquibar, 2. Bilbao

Un local más de la cadena de La Mary. De hecho el primer camarero que nos atendió y que me sonaba de algo, fue encargado en La Mary. Aquí sin embargo la calidad del menú del día me pareció bastante mejor que el de su primo hermano a la vuelta de la esquina, al igual que el servicio, la atención y la rapidez. No deja de ser un restaurante un tanto impersonal, uno más, que desde luego no va a diferenciarse por su comida, sino por su precio. Y todo, señores, todo, tiene un precio. 

Menú del día con corrientes de aire gélido, 10,95€


Ensalada bañada en vinagre

uramakis del día: salmón!

Los de cangrejo

Uy mira, dos trozos de ternera!!!

El cerdo frio, con el puré frio.

Bizcocho con yogur

martes, 19 de marzo de 2013

Para tí, Jose.

Por la paciencia en mis estudios, por las tardes infinitas delante de los libros, por hacer de árbitro en las peleas con mi hermano, por venir orgulloso a mis entregas de diplomas, por apoyarme en todas y cada una de mis locuras empresariales y laborales. Por reirte conmigo hasta llorar a lágrima viva. Por las pelis de Tarantino, los discos de Bob Marley y la pasión a la comida. Por esa segunda lengua que me ha abierto infinitas puertas al otro lado de los Pirineos. Por hacer de madre y padre cuando estabas solo con nosotros. Por querernos tanto a mamá, a A y a mi. 

Por que eres genial. Te quiero, todos y cada uno de los días del año.

Pitu. (Hoy dejo de ser Blackie, para mi padre, ese nombre no es el de su hija)



lunes, 18 de marzo de 2013

Brass 27, cenando en un iglú.

Este fin de semana, ha vuelto el invierno, aunque espero que ya sean ¡sus últimos coletazos! Y el sábado de cena, otra vez volvimos a sentir el frio en la mesa. Esta vez, I, T y yo misma acompañadas por dos amigos, fuimos a cenar a Brass 27 (¡me gusta el número!), un local nuevo en Licenciado Poza. Teniamos reserva para las diez, así que ahi que nos fuimos los cinco, más contentos que nadie por el reencuentro, por la cena, y por que juntarse con amigos, siempre da alegrías. (o casi)

Brass27 es un local estrecho pero muy largo, con una zona al principio para tomar algo y disfrutar de sus pinchos, y una zona al fondo, sin diferenciar con unas 5 mesas, para cenas. Una vez sentados, y ya mirando la carta, I, T y yo empezamos a sentir un déjà vu: el frío que venia por la puerta, situada al otro extremo del local era cada vez más intenso. Bueno, será que estamos sensibles, pensamos para nosotras.

Nos pusimos al lío: para compartir, una ensalada de pollo, y foie con pan de pasas. primero nos trajeron la ensalada, con tomate secos, pollo a la plancha, lascas de queso y piñones. No deja de ser una ensalada sencilla, pero que animaron con los piñones, el aliño, y cambiando un tomate normal por los secos (muy italiano todo). Después, el foie, a temperatura ambiente, lo cual agradecí mucho muchísimo, para poder disfrutar de su sabor. No estaba mal, aunque los he probado mejores, pero acompañado de las mermeladas y del pan, nos supo estupendamente, un rato. Hasta que los 9 "biscotes" (si, contadlos en la foto) se nos acabaron. 

-"Perdona, ¿nos puedes traer más pan para el foie?- No recuerdo quien fue el aventurado representante de la Asociación de Comensales de Foie sin Pan.
-"¿No os he traido pan? ¿O quereis para el foie?"
-"Pues no tenemos ni de lo uno, ni de lo otro"

La amable camarera fue a por pan, mientras que la encargada de barra, entró en la cocina, y volvió con un bol y otros ¡10! biscotes. Vamos, un derroche de pan, oiga. 

-"Yo no entiendo nada: te ponen dos trozos enormes de foie, para cinco, ¿¿y luego racanean el pan??"-los chicos estaban indignados...

Finalmente, nos comimos el resto del foie con el pan normal, digamos que no nos sentíamos muy a gusto volviendo a pedir lo que creíamos evidente: tanto foie, merece al menos el doble de pan, mejor que sobre, a que estemos pidiendo más.

Se acercaban los segundos platos, y el frio empezaba a hacer mella en las mesas más cercanas a la puerta: señoras que se cubrían con el abrigo, otras que se ponían el fular... y nosotras, por seguir incordiando, volvimos a llamar a la camarera.

-"Perdona otra vez, ¿seria posible poner la calefacción o aire o algo? Entra un frio por la puerta..."
-"Ya, está puesto el calor a tope, y la cortina de la entrada, pero con este frio, y la puerta abriendo y cerrando, no sirve de nada" (Andaaaaaaaa ¡¡¡¡¡la famosa cortina!!!!! Estoy por mandarle este post a la encargada del  FrescCo, para que vea que la cortina, con aires heladores ¡NO SIRVE!)

Los chicos y T pidieron sendos solomillos, los cuales venían acompañados por patatas y pimientos rojos, mientras el de T con ensalada de rúcula y patata al horno (debía ser otro tipo de carne, de la cual no notamos diferencia), y con una graciosa marca BRS en la carne. Tierna, con sabor, y en su punto para cada uno de los tres, que lo pidieron a su gusto y manera. I y yo pedimos los chipirones con cebolla, dos unidades, medianitos tirando a pequeños, en su punto, tiernecitos, y con un acompañamiento, que sobraba: cebolla, que perfectamente podía ser de frasco, y que ni siquiera se habían molestado en calentar. Una pena. Llegados a este punto, las señoras de al lado se habían puesto el abrigo, nosotras el fular, los abrigos, y el de los chicos. 

Teniamos unas ganas inmensas de irnos, pero nos faltaba el postre, y ninguno queriamos irnos de allí sin probarlo. Desde que entré en el local, y me senté a leer la carta, se me había antojado la tostada frita, ¡y llegaba el momento!

-"Un volcán para compartir, un yogur con crema de mango y una tostada"- yo feliz como una perdiz imaginándome la tostada
-"Tostada no nos queda"

¿¿COOOMMMMOOO?? ¿Para esto estoy yo aquí pasando frío? Pues sí señores, toda la comida esperando el postre, para que no tengan el que quiero... En fin, cambié por la tarta de queso, que la verdad no estaba mal, eso si, era una ración para dos, o tres, o cuatro. En vez de una fina capa de mermelada, venia con una buena cantidad de frutos rojos enteros, buenísimo. El chocolate, como siempre, triunfó, y lo que nos sorprendió fue la mezcla de sabores del yogur, con el mango y una bola de helado de coco.

Nos fuimos como vinimos, con el abrigo puesto, y con la sensación de haber cenado en la calle. 


BRASS 27
C/Licenciado Poza, 27. Bilbao

Un local moderno, con ese aire DIY y vintage que tan de moda está. Tiene muy buena imagen, al igual que su barra de pinchos y la carta. Una pena que la sensación que me quedé no era de lo bueno que estaba algo (nada a destacar), sino del frio que pasamos. Cocina moderna, sin mucho trabajo, platos sencillos a los que intentan darle una vuelta, pero sin nada que lo diferencie de cualquier otro del estilo.

La cena bajo hielo nos salió a cada uno 32€















viernes, 15 de marzo de 2013

Pepsi max a 100!

Cuando vi el video, pensé, 

"Vaya, cómo se lo han currado los de Pepsi, introduciendo un product placement en este video de cámara oculta!

Pero lo que no me esperaba es lo que pasa a continuación. Simplemente, ¡genial!



jueves, 14 de marzo de 2013

Biscayenne, los bollos de mantequilla y los antojos.

Los antojos, es lo que tienen, que aparecen cuando les da la gana. Hacia años, años, años que no comia un bollo de matequilla. Hacia muchos, pero que muchos muchos años que no me daba el punto de comprarme uno. Es más, casi me habia hartado de ellos y todo. Y de repente, llega Ana, Biscayenne, te planta la receta en directo y te quedas con las ganas de olerlo, cogerlo y comerlo. Y claro, servidora NO cocina estas cosas (por varias razones, una de ella, quiero llegar a los 30 sin intoxicaciones alimenticias), así que en una de las carreras entre reunión y reunión, busco a la desesperada una pastelería. 

A ver, qué ya sé que no es lo mismo, que ya sé que si son de pastelería, al menos que sean de La Suiza o de Martina de Zuricalday (Bilbao, o Las arenas, tampoco es lo mismo!). Pero mira, me tocó estar en Barakaldo, y me tocó la calle de los Fueros, así que me tocó la pastelería Zuberoa. Ahí que me metí, pregunté quien era la última, y aún así dos señoras de estas espabiladas intentaron colarse ("uy txikiiiii no te habia visto" claro, mi 1,74m es como para pasar desapercibida en un local minúsculo #ironiaON). Pero NOOOOO ahí estaba yo para reclamar mi puesto, pedir mi bollo de mantequilla y largarme. 

Ya fuera, lo inspeccioné: no se parecía en nada al de Biscayenne, de hecho tenía almendras por fuera (pero ¿¿para qué innovan en algo que no hace falta?? Si las chicas de El Amparo levantasen la cabeza...), y la crema de mantequilla era más bien escasa. En fin, el antojo, como bien iba diciendo, es lo que tiene, que aparece cuando menos te lo esperas.



PASTELERIA ZUBEROA
Paseo de los Fueros, 18. Barakaldo.

Cuando entré, desfilaban por el mostrador varias bandejas de pasteles (y era un miércoles, nada especial), barras de pan y mi bollo de mantequilla. Por 1,30€ que me costó, sacié (en parte) el antojo, pero me he quedado con las ganas de probar los de Ana, y sobre todo, de volver a comer los de Martina de Zuricalday.

PD: Dedicado a tí, Ana, que te sigo desde que comenzaste, desde varias cuentas, desde varios lugares. Me alegro mucho mucho de que se dé voz a esos artistas culinarios que os movéis por este universo paralelo en el que nos encontramos, que se llama internet.




martes, 12 de marzo de 2013

Maldita pereza, maldita mafia.

De los siete pecados capitales, creo que los uso casi todos. Chica, para qué vamos a discriminar a la "gula", escribiendo en un blog de restaurantes. O a la envidia de los restaurantes que visitan "Lo que coma don Manuel", o la "pereza" que me da ponerme a cocinar como hace el genial "Eneko Sukaldari". Pero me he dado cuenta, de que lo mio y la pereza ya traspasa los fogones de mi casa, llegando incluso a no querer ni pensar en restaurantes dónde cenar un sábado. Y claro, eso, pasa factura.

Sábado, nueve y pico, dando un paseo por Bilbao, mientras le pongo al día a J sobre mi vida y milagros, se nos hace de noche. Y en esto, que (supongo que harto de aguantarme) me dice de ir a cenar, que sugiera algún sitio. A veeeerrr, déjame que pienseeeeeee.....Buf, ya me he cansado. ¿Vamos a "La mafia se sienta a la mesa"? Y según lo iba diciendo, me iba arrepintiendo. ¿Pero yo para qué abro la boca? Deberiamos añadir a los pecados, los defectos, y este en particular: MEMORIA PEZ. Se me habia olvidado por completo cómo nos trataron la última vez, de cómo juré que no volvería, pero estaba tan perezosa, que me dio lo mismo, y entramos en el restaurante italiano.

Nos dirigimos a una camarera con tirantes (como todos en ese restaurante), preguntando por una mesa para dos, sin reserva. Nos miró un tanto sorprendida por no tener reserva, pero bueno, nos acomodó en una minúscula mesita de dos. Después de mirar y remirar la carta, nos decidimos por una ensalada para compartir y dos segundos.

-"chicos, igual es mucha comida...yo os sugiero que quitéis un plato"
-"En serio??"-os juro que no daba crédito a la sugerencia
-"Si, igual con la ensalada y un plato de pasta es suficiente"
-"Ni de coña, yo tengo hambre"-Cualquiera le lleva la contraria a J...

Evidentemente, no le hicimos caso, ("hombre, con lo delgadita que está la camarera, tres platos le parecerá mucho"), será que además de pereza, ese día andábamos con gula. Llegó la ensalada, de buena presencia, y con cuatro láminas de jamón de pato recién sacadas del sobre al vacio, un puñado de ensalada de nuestra querida amiga Florette (que cena/come casi siempre con nosotros), otro puñado de cebolla caramelizada, y unas bolitas de foie congeladas. Verdad verdadera, imposible morderlas, sin sentir ese frio helador en las muelas. Horrible. 

Tras la ensalada, J, que anda con la #operacionbuenorra versión masculina, pidió un solomillo, por eso de "comer proteinas por la noche" (sic) con foie (si, primero carne para la dieta, y va y lo pide con foie...). Yo que aun no me ha dado por el agobio ese de la #operaciónbuenorra tiré la casa por la ventana con un plato de pasta rellena de queso con salsa de boletus. La salsa bien, correcta, de buen sabor, quizás escasa, para las enormes medias lunas rellenas de insípido queso. La carne de J, vino en su punto, y menos mal, ya que no le preguntaron. Buen sabor, aunque el foie, era minúsculo respecto a la gran porción de carne.

Esa noche estaba yo torpe, cansada y perezosa. Vamos que soy un partidazo, oiga. Tanto que tiré media botella de agua, una copa de vino, y rematé con el tenedor en el suelo. 

-"Vamonos de aquí, que me está entrando el agobio..."



LA MAFIA SE SIENTA A LA MESA
C/Licenciado Poza, 57. Bilbao.

Pues eso, un restaurante más, primo hermano de La tagliatella y de Trastevere, que si me dan la carta de los tres, no sabria decir cual es de cual, tanto se parecen. Al final, a las franquicias, se les nota: en la carta, en el servicio, y en la originalidad de los platos. Esta vez, la gracia nos salió por 60€, caro para lo que comimos, para cómo nos atendieron (lentos, muy lentos, con demasiada cubertería rota en otras mesas y con pésima consejo de la camarera). Culpa mia, por perezosa, por no haber andado un poco más hasta el egipcio, a Hot dog house, o incluso a Florida.

Ensalada+pasta+solomillo+botella de lambrusco= 60€




Ensalada perfectamente ordenada

Solomillo

Pasta con poca salsa

lunes, 11 de marzo de 2013

Udon, otro restaurante oriental.

Viernes noche, aburrida como una ostra en mi casa, cuando me llaman unos amigos: "Rubia, cenamos todos en Bilbao. A las 9 en Moyua". Pues nada, ahi que me planto, la primera, y justo detrás mi amigo J, y casi seguido, los otros seis.

La verdad es que era la primera vez que no me habian pedido que organizara yo la cena, y me sentia como rara, sin saber dónde cenábamos, ni quién habia hecho la reserva. Vamos un descontrol de lo más agradable, y novedoso para mi.

Cruzamos la gran via, y llegamos a Marqués del Puerto, pensé que íbamos a Panko, cuando seguimos un poco más hasta un nuevo restaurante: Udon. Entramos en un local que parecia un laboratorio, todo en blanco, mesas largas, sillas de diseño sin respaldo, nada colgado en las paredes, la verdad que no me hubiera sorprendido que apareciese Grissom por ahi con algo para analizar. A mi amigo J, segun entró ya soltó una de sus perlas:

"Joe, esto es como comer en el colegio, compartiendo mesa!"

Asesorados por A, que ya habia estado, decidimos pedir un plato cada uno, y pedir un entrante para compartir entre dos. Cuando leimos la carta, no nos enterábamos de nada, hasta que vimos algo que nos resultaba familiar:

-"Uy mira, yo quiero de estos sushis!"
-"No, no son sushi, son rollos de noodles"-La camarera se apresuró a corregirme.
-"Bueno, da lo mismo, para nosotras un mixed rolls, y beef yakisoba para cada una"

Los rolls en cuestión eran a primera vista, igual que sushi, solo que dónde está el arroz, había noodles, y el interior no era de pescado semi-crudo, sino de vegetales, mayonesa con mostaza y cangrejo. La verdad que era raro comer algo que tu cerebro piensa que es sushi, y saborear otra cosa. Los noodles haciendo que la textura fuese totalmente distinto, el sabor era agradable, pero me resultaba extraño el que no fuera arroz. No está mal para probar.

Después, el plato principal, el beef yakisoba, que no era otra cosa que noodles con ternera y verduras, acompañado de una salsa a base de soja. No soy muy fan de la pasta china/japonesa (me da igual los tallarines de cualquiera de los dos países), pero he de reconocer que la preparación era buena, aunque escasos de salsa, de hecho, la camarera nos trajo un bol para que añadieramos más. Mis amigos pidieron la versión en arroz, y me arrepentí de no haberles copiado, sin duda, ¡mucho mejor!

Rematamos la cena con unos postres, que la verdad, ni les hice foto: helados, y tartas de queso ya preparadas. Vamos, lo de todos los restaurantes asiáticos, nulos en postres.


RESTAURANTE UDON
http://www.udon.es
C/Marqués del puerto, Bilbao.


Un nuevo restaurante de noodles, cadena de restaurantes que poco a poco se van expandiendo por la peninsula. Quizás se nota demasiado ese aspecto, que al final, no dejan de ser unos noodles a los que les añaden una de las distintas salsas, que igualmente se pueden comer en la versión arroz. No es una mala opción para ir con amigos, comer algo distinto, y probar nuevos sabores. Lo de los rollos de noodles, todo un puntazo, aunque sigo siendo fiel al sushi!

1/2 rollos+plato de noodles+ postre+ agua= 17€




Al final, tuvimos que pedir cubiertos


El sushi, que no es sushi


Yakisoba de ternera




martes, 5 de marzo de 2013

Coca cola Zero, o la falta de inventiva de los publicistas.

La agencia Mccann acaba de lanzar un ¡wwooowww! super sorprendente anuncio para Coca Cola Zero, en el que le dan el cambiazo a unos pasajeros en un avión. Resulta que todo super normal, super natural, te ofrecen una Coca Cola Zero (gratis, error 1 en los vuelos nacionales no te dan ya ni la hora), que algunos cambian por una Coca Cola normal.

Hasta aquí, dices "uy, qué ingenioso!" hasta que después de una semana dándole vueltas a la cabeza, intentando recordar a qué me sonaba a mi ese anuncio, caí en la cuenta. ¡Pero si ya hicieron uno mismo en un cine! Y en un restaurante, y hasta en la tele, en el programa de "El Hormiguero". Vamos de lo más original. Que Aquarius en su día ya hizo varias versiones de un mismo anuncio, Mixta lo ha hecho, pero todas siguen una lógica, un tema. Pero hacer de una "experiencia" con gente normal, sin actores (aparentemente), en la cual se espera una reacción determinada, algo tan común como para repetirlo hasta cuatro veces...me parece que no. 

¿Cuál es la gracia si ya sabes que a otros les dieron el pego cambiandosela? ¿Cuál es la gracia de ver la reacción de gente a la que se le ofrece una bebida sin pedirla ellos mismos? El primero, en el cine, transmitía algo más de realismo, gente que en el cine pide unas palomitas, y una Coca Cola, gente que paga por su consumición por que realmente la quiere, pero ¿en el avión? ¿a todos? 

Conmigo lo tienen claro...no bebo nada con gas (es decir, nada de refrescos carbonatados, sí cerveza)


 


domingo, 3 de marzo de 2013

Fresco en la semana calurosa.

Este es un post sobre el frio en la semana oficial del viento sur. Los amigos que saben de este blog y que me animan, me apoyan y sufren cada vez que les pego un grito por meter el tenedor antes de la foto de rigor; esos amigos, entre otras cosas suelen hacer hincapié (sobre todo este frio invierno), en lo desagradable que resulta comer en un local en el que hace frio.

Esta semana, las chicas de la city hemos empezado nuestra peculiar #operacionbuenorra, cada una a lo suyo. Que si yo me quito los donuts y demás bollerías; que si la otra se quita los frutos secos y el chocolate, y la tercera ni me acuerdo la de cosas que quitaba. Así que por unir ingredientes, decidimos ir a Frescco. Esa cadena de restaurantes-buffet basados en la dieta mediterránea. Pues nada, ahí que nos plantamos las tres, con la bandeja, eligiendo ingredientes, y desechando aquellos no aptos a nuestras dietas "a medida". Pagamos los 9,95€ cada una y nos dirigimos a una mesa para cuatro. Empezamos a comer las tres con una cara de tristes que no veas, delante de las ensaladas, cuando empezamos a notar una corriente de aire polar. Me giro, y veo la puerta abierta de par en par (Bilbao, 3 grados). Aguantamos un poco, hasta que el frío al principio incómodo, convierte la comida en un momento desagradable, además de darnos cuenta de que más clientes miraban hacia la puerta. Me acerco a la encargada, y se lo comento:

-"Hola, oye, mira, ¿sería posible cerrar la puerta? Entra un frio muy desagradable".
-"Pues no creo, está la cortina puesta"

Defino cortina para quienes no sepan qué es: aire caliente a toda potencia que se coloca sobre la puerta para "amortiguar" el frío que entra. Que en días normales, hace efecto, en semanas de 2 a 3 grados en la city, NI DE COÑA. He trabajado casi 7 años en tiendas más pequeñas y más grandes (era coordinadora y me movía de una a otra por Bilbao) y en ninguna de ellas impedíamos esa sensación de frío los días en los que el termómetro bajaba de 9 grados.

Todo esto, para que nada más sentarme, va la "amable" encargada, y cierra la puerta. Ay amiga, llegas tarde, ya me has dado tú a mi el portazo poniendo en duda ese frío, ya has hecho que un cliente se sienta idiota trasladándote amablemente una sugerencia, que hubieras podido hacer sin decir nada, y unos 20 minutos después volver a abrirla, que fue lo que estuvimos allí al estar en un comedor de lo más desagradable. ¿Qué cuesta una sonrisa? ¿9,95€? ¿Qué cuesta dar una respuesta amable? ¿9,95€? ¿Qué cuesta hacer que el cliente se sienta algo más cómodo con algo que está en tu mano y es sencillo? ¿9,95€? Si te parece mucho esfuerzo por lo que vale el menú, hay algo que falla: o el modelo de negocio, o la actitud.

Sé que en muchas ocasiones se forman colas, y dejan la puerta abierta por eso, pero esta vez, como bien dice I, no creo que fuese la causa, siendo las 15h45 de la tarde, y estando a punto de cerrar el buffet. De verdad, que no lo entiendo.


RESTAURANTES FRESCO
C/Gran Via, 55. Bilbao
C/Ledesma, Bilbao.

Un buen sitio para comer sano, rápido, y barato. En el restaurante de gran via tienen un gril donde cocinan al momento lo que les pidas, algo que no encontrarás en el de Ledesma. En ambos, te indican dónde sentarte para ahorrar espacio, y hacer que otros clientes no tengan que esperar de pie. Una pena que cuando el franquiciador entrega el know-how/savoir-faire al franquiciado también incluya una clase de amabilidad.

Mneú del día, 9,95€



La mitad de la comida se me atragantó y congeló.

sábado, 2 de marzo de 2013

Who are you?

Porque me encanta CSI (Las Vegas), porque me encanta The Who, y porque ya me lo han preguntado muchas veces.

Who are you?




 

viernes, 1 de marzo de 2013

Masterchef, comida fea y los corazones.

Ayer andaba yo dando vueltas por Twitter, cuando leo un tuit de @Biscayenne:


"dice un jurado del masterchef que viendo un plato puede saber que no le va a gustar. Pues la de cosas que se pierde "

Y según lo lei, le contesté, por que mi mente aceleró, y empezaron a venirse a la cabeza platos e ingredientes que de "bonito" no tienen nada. Que si callos, morros, oreja, tinta de calamar, el rape (que mira que es feo el jodido!), cualquier puré (admitamoslo, buena pinta no tienen), revueltos de morcilla y chorizo, las jijas... y en todo este brainstorming que yo me hago conmigo misma, me acordé de mi última visita a Francia, por trabajo, no os vayáis a pensar que la menda tiene vacances.

En el país de los crêpes, los quesos maravillosos, los croissants, y los "pain au chocolat", tienen la costumbre de comer algo, que a mi, además de feo, me resultó desconocido, y con un punto desagradable. Acompañando a unos trozos de canard, una brocheta (si, alucina vecina) con tres corazones de pato. Ale, por si uno asusta, toma, te plantamos tres. Yo que era muy aplicada en ese colegio de uniforme (jajaja mentira podrida, todo el día liandola), donde eran tan tan tan modernos que  lo mismo al de física le daba por enseñarnos a hacer pirotecnia casera de colores, que a la de geología nos sacaba de paseo a ver canteras, que la de biología no hacia diseccionar una sardina, un ojo de vaca o un corazón de la misma (pobre vaca, era la que más ha aportado a la ciencia en mis estudios). De ahí, me acuerdo yo qué forma tiene (maaasss o meeeenosss) un corazón, y cuando me pusieron el plato en la mesa, lo tuve claro: 

-"eso son corazones de pato".
-"Que no mujer, que son mollejas de pato"-aquí mis compis de curro, que no tienen ni idea... Este no ha visto una molleja en su vida. ¿¿Pero como va a tener ese tamaño la molleja de un pato??

Y todo esto, a cuenta de Masterchef, ese programa del que no sabia nada, y que me voy enterando de perlas por internet: que si tonto, que si los cocineros-jurado no prueban los platos, que si comentarios fuera de lugar... Bueno, yo ya voy a ver el programa, eso si, con la mosca detrás de la oreja.


PD: Para Biscayenne, por las risas ayer con los platos mal emplatados.



Esto son corazones, de toda la vida de dios. De patos franceses, eso si.