martes, 26 de febrero de 2013

La Casetta, pizza por partida doble.

A veces hay que parar, cerrar los ojos, llenar los pulmones de aire y respirar despacio. Luego, llamas a dos amigas, y te vas con ellas de cena. No veo mejor plan que ese para ir a celebrar el cumpleaños (retrasado) de I. Y si encima tienes a tus dos amigas muriendose de la risa, mientras te piden que escribas a los Manueles (@lqcdonmanuel) pues ya la noche es redonda.

Sábado lluvioso (qué raro, verdad), frío, nos fuimos las tres hasta Artaza, a La Casetta, un italiano que ya conocia por los Manueles, pero que tenia ganas de probar en persona. Llegamos, y nos acomodaron en una mesita en la segunda planta, donde nos arrancamos con unas copas de Lambrusco, el peor vino de la historia, pero un "must" en cualquier celebración tonta, por eso mismo, por que es malo de narices, y entre tanta cosa buena, algo malo debe haber para compensar.

Para compartir, una ensalada de ventresca, con buena cantidad de bonito, de gran tamaño, y que con las anchoas en aceite y el tomate, estaba deliciosa. Seguimos con lo que creíamos que eran unos panecillos de mozarella y tomate, y que resultó ser una pizza. Oye, que estaba buenísima, pero habiendo pedido ooootra pizza para compartir, hubiésemos agradecido que la camarera nos informase de que estábamos pidiendo dos pizzas. Para continuar, pensando que seria poco, nos lanzamos con un plato de pasta rellena de queso, con salsa amatriciana y una pizza barbacoa. La salsa de la pasta, estaba deliciosa, y los pequeños saquitos rellenos de queso, en su punto, aunque el relleno me resultó un pelín escaso, y quizás con la fuerza de la salsa, insípidos. Pero para rematar, la pizza barbacoa, de fina masa, y buena cantidad de ingredientes, bastante buena.

Estábamos ya a reventar, cuando de repente, nuestro segundo estómago, ese destinado para el postre, se puso en funcionamiento: ¡queríamos chocolate! T andaba dudando entre el brownie y el volcán, así que la animé para que pidiera los dos, ya compartiríamos; mientras I se animaba con el tiramisú. No os imagináis nuestra decepción al comer el volcán, y ver que no se derramaba nada, ni un poquito de chocolate fundido. Y encima, al probarlo, ¡estaba frio! Pues vaya, con las ganas que teniamos, el brownie, que no estaba mal, se nos hizo denso, de la desilusión del volcán. Al menos I acertó con su postre, y se lo comió encantada.


RESTAURANTE LA CASETTA
C/Telleria Auzoa, 7. Artaza.

Un sitio muy agradable, cuidado al detalle, donde poder disfrutar de una comida o una cena entre amigos. La verdad es que nos encantó la comida, quizás no acertamos pidiendo, y hubiésemos agradecido un comentario de la camarera al pedir, y no al ver la comida en la mesa, como nos sucedió (a toro pasado, yo también me di cuenta de que nos habíamos colado!). Ahora me arrepiento de no haber ido a la inauguración con "Lo que coma don Manuel"...

Cena para tres, poco más de 70€



Lambrusco para brindar

Ensalada

Pizza 1

Pizza 2

El volcán sin lava

Brownie con hermosas nueces

Tiramisú






jueves, 21 de febrero de 2013

The Bite: o cómo poder comer en horario de cena inglesa.

Ayer I y yo comimos en horario de cena inglés. Vamos, a eso de las 6 y pico de la tarde. Estuvimos de compritas por la city, y se nos fue el tiempo de tal manera, que acabamos bajando por la calle Buenos Aires dirección al Ayuntamiento, donde habiamos quedado con T, y sin comer.

Así que en cuanto pasamos por delante de The Bite, no pudimos resistirnos y entrar a comer algo. Después de ver la carta, nos decidimos por uno de los sandwiches que ya tienen preparados, pero no de esos de máquina, ni los del cátering DS de la calle Lutxana. Nada de eso, un hermoso sandwich de tres pisos, con bien de relleno, y de lo más original. 

Las dos nos decidimos por el de pollo con manzana y crema de roquefort, una combinación explosiva y de lo más exótica, viendo que normalmente no hay mucha variedad dentro del mixto-chatka-atunmayonesa. La camarera nos los preparó con servilletas, y nos fuimos las dos tan contentas con nuestra comida del día. Da gusto poder comer tranquila algo decente a cualquier hora. ¡Bilbao debe ser más cosmopolita, y adaptarse a los nuevos emprendedores sin horarios!


THE BITE
C/ Buenos aires, Bilbao. (Casi esquina con Plaza Circular)

Un local familiar, super acogedor, y con cocina propia, que sirven prácticamente a cualquier hora. Son encantadores, además de que cuentan con una carta perfecta: bocadillos, sandwiches, postres, y platos calientes, todo a muy buen precio.
Nuestro sandwich de ayer, era hecho por ellos mismos, con el pan ligeramente tostado, buena ración de pollo, unas láminas de manzana (le daba un punto genial), y una crema suave de roquefort que terminó por engancharnos. Y todo, por 2€ cada una. 




La peor foto de la historia de las fotos, entre que ibamos cargadas,
 nos temblaba la mano, e ibamos con prisa...pues eso. :)





miércoles, 13 de febrero de 2013

Scala, tostadas a cualquier hora.

Las vacas bizkainas debe estar contentisimas, felices, y lo digo por que con los dias interminables de lluvia que estamos teniendo, los campos tienen que estar más verdes que nunca, oiga. Pero verde verde. O azul del mar, a saber, por que no sé si acabaremos viviendo en una ciudad sumergida en agua, cual Venecia. Y claro, las vacas se conforman con los pastos verdes del norte, pero chica, a mi como que aun no me ha dado por comer hierba, por muy verde que sea. Así que para pasar estos horribles días, el viernes invité a un amigo a un masaje relajante, nos lo mereciamos los dos, después de tanto trabajo, tanta reunión y tanta lluvia.

Lo que no me esperaba es que ¡él me invitase a merendar! Fuimos a una de esas cafeterias de Bilbao de toda la vida, en pleno barrio de Indautxu. Esas cafeterias donde ves a señoras de peluquería sentadas en mesitas de cuatro, con un café con leche y litros de colonia encima. Esa cafetería se llama Scala, y según entras notas como se para el tiempo, cómo parece que todo se vuelve de color sepia, mientras al otro lado de una barra de madera un camarero con pajarita te toma nota. Yo me dejé llevar por mi amigo, y que pidiera él, que para eso me invitaba: café con leche para él, cola-cao para mi, y dos raciones de tostadas (ale, que somos de Bilbao!)

No os imaginais lo bueno que puede estar algo tan sencillo como unas tostadas a la plancha, acompañadas de una mermelada suave de albaricoque, y recién hechas. Qué agradable es salir de una hora de masaje, sentarte en una mesa con un buen amigo, y disfrutar de un pequeño placer.  ¡Anda que no hay rincones por descubrir en Bilbao!


CAFETERIA SCALA
C/ Ercilla, 40. Bilbao

Ni les busqueis en Facebook, ni Twitter, ni Instagram. Ni tampoco tienen web. Oye, igual salen en las páginas amarillas, pero poco más. No tenia ni idea de que en esta cafetería tenían este pequeño postre-desayuno-merienda y que desde luego es un vicio confesable que todo bilbaíno debería disfrutar. Quizás no había caído en la cuenta de esta cafetería por la imagen que tiene, da la sensación de ser un club de señoras de taitantos (vamos, de sesenta para arriba), al que da un poco de corte entrar, pero ni mucho menos. Los camareros son muy amables, y atentos, vamos, de los de la vieja escuela. Todo un agradable descubrimiento.

Cola-cao+café+2 raciones de tostadas, algo menos de 8€






lunes, 11 de febrero de 2013

Carnaval en La Suiza.

Este fin de semana, me he dado cuenta de que seria capaz de pasar todas las fiestas y estaciones del año mediante un postre de la Suiza. Rosco de reyes, turrones y pastas para Navidad, tartas heladas en verano... y claro, no podian faltar las tostadas de carnaval.

Ayer mi madre fue a la pasteleria a por un brioche con pasas (somos fans absolutos) y de paso se acordó de su hijita y subió tostadas de carnaval. Con el blog me estoy dando cuenta de que tengo demasiados vicios culinarios, tendré que volver al gim urgentemente a ponerme YA con la #operacionbuenorra!

Pues eso, un fin de semana con máscaras, hermano que vuelve a casa por unos días, y padres amorosos que les da por mimar a sus hijos con postres de la Suiza.



PASTELERIA LA SUIZA
C/ Marqués del puerto, 4. Bilbao.
944238625

Casi lloro de la emoción al ver esas pedazo de tostadas de carnaval. Un sabor increible a crema, canela y azúcar. A los cuatro nos encantaron, aunque mi hermano y yo, esperábamos que estuvieran un pelin más jugosas, daba la sensación de que se habian quedado un poco secas, quizás al comerlas después de comer, se quedaron así. Una pena.

Le pregunté a mi madre qué tal la atención, por eso de ver si es sólo a mi con quien son un poco secas, y sin siquiera volverse (estaba preparando el cafe) me dice: "hija, pues como siempre. Te atienden, te cobran, y te vas."




jueves, 7 de febrero de 2013

Una comida para el olvido

Acabo de descubrir esta semana, que a J le gusta el riesgo en la cocina. Y lo digo, por que aun siendo a alergico al marisco (entre otras muchas cosas), no mira lo que le sirven, jugandose el tipo cada vez que mete el tenedor en el plato.

Normalmente, los camareros suelen anotar bien la comanda, normalmente los cocineros suelen sacar el plato anotado. NOrmalmente. En ocasiones, hay dos ensaladas en la carta, una de marisco, y otra de pollo, el camarero anota "ensalada" dejando a la imaginación del cocinero cual de las dos es, y haciendo que se lie todo. Esto es lo que nos ha pasado en la escuela de Hosteleria de Artxanda. Para comenzar, los dos pedimos la ensalada de pollo, y cuando J ya habia pasado el tenedor por la salsa que acompañaba la ensalada que creiamos que era de pollo, me fijé y vi unos sospechosos trozos de chatka que no deberian estar ahi.

-"PARAAAAAAAA!!! NI TE LO ACERQUES!!!"- creo que el grito lo oyeron desde Bilbao.

Llamé al camarero, y le pregunto: 

-"Estas ensaladas ¿tienen marisco?
-"Claro, son de marisco".
-"Ya, pero es que hemos pedido la de pollo, por que él es alérgico al marisco"

Y aquí se lió parda: profesores pidiendonos disculpas, camareros con toque de atención, cocineros que le piden que describa la ensalada en la comanda... en fin, que menos mal que se veia que ahi, pollo no habia, que sino, se la come, y acabamos en Cruces. Tiene gracia, que la responsable del comedor viniera a "avisarnos" de que hay que decir siempre si se tiene alguna alergia, por si pasa algo. Ya, vale, es que no contamos con que no se apunten bien las comandas.

Al final, la ensalada no estaba mal, aunque daba la sensación de llevar tiempo montada, y que a última hora le pusieron el aliño. Para continuar, pedí el pescado del día, rodaballo a la plancha con tomate relleno de atún con mayonesa. El pescado no estaba mal, la verdad es que la materia prima era buena, y se notaba, pero el acompañamiento. Madre mía, horrible, un sabor a pescado revenido, ese sabor fuerte que toma cuando ya está pasado, pues así estaba. Una de dos, o la marca de la lata que utilizan no es muy buena, o si lo hacen ellos, deberían cambiar la receta. Imposible de comer. J tuvo más suerte, con hamburguesas con salsa de queso, y cebolla a la plancha. La carne, jugosa, en su punto, con una suave crema de queso que le daba un toque de lo más original, junto con la cebolla a la plancha. 

Para rematar, los dos pedimos crêpes de chocolate rellenos de crema de avellana. Igual es que tengo el listón muy alto con los crêpes, (sorry, como en París, en ningún sitio) pero éstos no me convencieron del todo. A pesar de la crema de avellanas, que estaba deliciosa. Acompañamos el postre con un cortado descafeinado, acompañado de unas palmeritas. 


ESCUELA HOSTELERIA ARTXANDA
Carretera Enekuri-Artxanda, km 3.

En otras ocasiones el menú ha sido mejor, y mi última impresión fue de un muy buen restaurante, que esta vez me ha parecido desfasado, anticuado y poco actual. Los uniformes de los camareros, totalmente fuera de tendencia actual, es más me recordaban a los que llevan los camareros de La Granja o Iruña, que claro, ahí, tiene su gracia. Pero ver a chavales que ni llegan a los veinte, disfrazados con uniformes que dan la sensación de haber sido reutilizado por generaciones, pues da penita. El local, con decoración al más puro estilo años 80, unas sillas imposibles, que junto con el resto de mobiliario no invitan a vivir una experiencia acorde a 2013. mejor paro aquí, por que iba a empezar con los camareros y cocineros, y los pobres no tienen culpa de nada, creo que la formación se ha quedado enfocada a un tipo de hotel/restaurante que cada vez está más en desuso, la profesionalidad no está reñida con la modernidad, y el ser educado no tiene que rozar con actitudes demasiado serviciales. Señores, están formando a futuros chefs y jefes de sala, que van a lidiar con blogueros, con gente que aun siendo amateur son unos auténticos estrellas Michelín, clientes que cada vez controlan más de cocina... y todos ellos viven en el siglo 21. ¿Ustedes también?



Ensalada de pollo (insipida)

Buen plato para lo sencillo que resulta.

El tomate mal compañero

Crêpes de chocolate!

Café, descafeinado, por supuesto.

viernes, 1 de febrero de 2013

Palacio de san Vicente (En Barakaldo también)

Hay veces, que no te apetece hacer la cena. Hay veces que te conformas con picar algo, y a la cama. Vale, que no cuela, que no soy de esas: ni cocino, ni me conformo con cualquier cosa. Por eso esta semana cuando vi que me habian dado casi las nueve en la oficina, y que lo más probable es que me esperara en casa una sopa de sobre, decidí liar a mis compis de curro para ir a cenar todos juntos. Y oye, ¡coló! Ya ves tu, un lunes social, de esos que me gustan a mi.

Nos fuimos al Palacio de San Vicente (No confundir con el palacio Larrea, en otro post), justo ahi donde realmente nació Barakaldo. Un edificio de los más antiguos de la ciudad, tirado abajo y vuelto a construir de nuevo tan cual era (o eso nos comentaron), y donde poder disfrutar de una barra de pintxos increible. Pero claro, yo ese día, con un pintxo, poco hacia. Así que decidimos bajar al comedor (pequeñito, pero acogedor), y sacar su especialidad: huevos rotos. 

Preparando el plato fuerte, para entrar en calor sacamos una tabla de ibéricos, destacar el jamón y el lomo, pero al final, no deja de ser una tabla de embutidos. Seguido, una ensalada de tomate con bonito y aderezado con una cebolleta fina y pepinillo no demasiado avinagrado, que animaba las finas lonchas de tomate; y para terminar con los entrantes, unas antxoas en vinagre (a mi lo de poner "boquerón", no me sale). Las antxoas, pequeñitas, en su punto de acidez, y con un buen aceite que las hacia brillar.

Y por fin, llegó los bueno: dos huevos fritos, hermosos, sobre una cantidad de patatas fritas caseras, y todo cubierto de unas lonchas de jamón serrano recién cortado, veteado y poco curado, como a mi me gusta. Que ya ves tu que elaboración tiene el plato, pero oye, a veces, apetecen estas pequeñas cosas, disfrutarlas en buena compañia, y sin mirar el reloj, ni preocuparse por nada.

Llegamos a los postres (quise hacer las fotos pertinentes, pero mis compis no saben nada, y ya me miraron bastante mal en los anteriores platos), y el arroz con leche triunfó, la tostada frita, un éxito, y el pudding, más de lo mismo. Al final, los postres caseros, se notan.


PALACIO SAN VICENTE 
Plaza de la Anteiglesia, s/n. Barakaldo.

Un edificio precioso, reformado, con una primera planta llena de cristaleras que dan a la plaza de la Anteiglesia. Una barra de pinchos bien surtida, carta de vinos, y dos o tres camareros uniformados que atienden la mar de bien. 
En la planta de abajo, un pequeño comedor, donde poder cenar algo de picoteo, las especialidades, el bacalao de la casa (con tomate, piñones y pasas, delicioso, lo probé de un compañero) y los huevos rotos, con jamón, gulas, morcilla... La pena, que los míos estaba poco hechos, y me hubiera gustado un pelin más fritos, pero vaya, manías que una tiene.




Jamón, lomo, salchichón, chorizo y queso.

Maravilla de antxoas!

Aqui ya dejé las fotos, mis compis empiezan a sospechar...