A finales de mayo es el cumple de T y de M. El mismo día, pero con un año de diferencia, así que siempre quedamos las cuatro para ir a comer o cenar juntas y celebrarlo las cuatro. Unos días antes, localicé en una página de las muchas que hay ahora en internet (vamos, que salen como champiñones), una oferta de menú degustación en La Cuchara. Lei una crónica en algún blog amigo, además de alguna crítica gastronómica en un par de periódicos, y me pareció una buena idea para celebrar el cumple de las chicas.
Queriamos cenar pronto, y reservamos para las nueve, contando con que había que reservar por teléfono y mencionar lo del bono. Así que nosotras quedamos a las ocho y media, por eso de que alguna podía retrasarse, despistarse, o llegar una hora tarde como lo hizo M, que acabamos cenando a las nueve y media.
Sentadas ya las cuatro, en un comedor que ni llegaba a las 10 mesas, con un silencio absoluto, sin ni siquiera un hilo musical, ni más compañía que una camarera que se acercó para tomarnos nota de la bebida, y servirnos el pan: de maíz, de centeno y al horno. (Esto no nos quedó muy claro ¿¿al horno??)
Aperitivo:
Cecina con aceite de oliva y crujiente de patata.
No suele ser muy habitual encontrarse este embutido por Bilbao, y es una pena, por que para mí, es uno de los más sabrosos y únicos. Me gustó la combinación con las patatas caseras crujientes, aunque viendo el buen color y brillo de la cecina, las patatas se quedaron para el final. Además de acompañarlo con aceite, estaba a temperatura ambiente, lo que le daba un mejor sabor. Muy bueno, aunque no soy muy objetiva, y junto con un buen amigo, comparto la adicción a la cecina!
Entrantes:
Terrina de foie casero con compota de manzana y mermelada de vino.
Ensalada de bacalao, langostinos y puerro confitado.
Lo del foie es apostar por un valor seguro: a las cuatro nos encanta, y solemos pedirlo siempre que salimos a comer o cenar, y siempre tenemos la duda existencial: ¿nos darán suficiente pan tostado para el taco de foie? Por que no hay nada peor que acabar comiendotelo con el bollo de pan que te sirven! Pero en La Cuchara, parece que nos leyeron el pensamiento, y trajeron un plato lleno de rebanadas de pan de semillas y de pipas tostado, y al final, lo que sobraron, fueron las tostadas. Como debe de ser. El foie, no supo a poco: y no por cantidad, que era más que suficiente, sino de lo bueno que estaba, de lo suave, con fino sabor, con las escamas de sal crujientes, y mezclado con el dulzor de la compota, lo hacia casi casi mejor que la cecina.
Y tras el foie, la ensalada de bacalao, langostinos y puerro confitado. La verdad es que el titulo prometía mucho para mí, y me llevé una pequeña desilusión, y sin embargo, I y T, que no les gusta el bacalao, tiraron por lo bajo sus expectativas, y luego les pareció un plato genial. Al venir la camarera con los platos, me esperaba unos langostinos hermosos, o al menos algo que pudiera verlo, bacalao desmigado, o algún trozo que se pudiera percibir, y lo mismo con el puerro confitado, que me lo imaginaba con un toque de aceite, suave, que se deshiciera. Así que cuando vi una montañita redonda, bien formada, de trozos de algo unido con mayonesa, fue como intentar meterte en esos vaqueros talla 36 de hace dos años, una desilusión vamos. Pues parecía una ensaladilla, los sabores tapados por la mayonesa (claro, I y T encantadas, así no se enteraron de que se comían el bacalao. Bueno, I sí, pero es que la nórdica tiene el paladar muy fino), los trozos de langostino, imperceptibles, el bacalao, apenas se apreciaba, y el puerro...pues que podía estar confitado, cocido, o desaparecido, por que entre la mayonesa y las cuatro hojitas de lechuga, ni conseguí encontrarlo.
Pescado: Merluza al horno con gratinada con txangurro y patata morada.
Si la ensalada prometía mucho, el pescado no me emocionaba: no suelo ser muy fan de la merluza, aunque si que es cierto que el que fuera cocinada al horno, mezclado con txangurro (NOTA: como ya conté en el post de "El Globo", txangurro es el centollo o buey de mar, para los que vivís a las afueras de Bilbao. Vamos, lo que viene siendo el resto del mundo. jajaja), con patata morada y verduras al horno, me fue convenciendo un poco. Pero ya cuando me lo pusieron por delante, me animaron de nuevo la cena: un lomito de merluza, gratinado con txangurro, y con una presentación espectacular, y que me suele llamar mucho la atención. Normalmente, los cocineros se centran en lo que yo digo "presentación del plato físico" que viene siendo el poner crema de módena/pimentón/perejil en el plato (por DioR, ¡nunca mais!), el ingrediente principal, y ¡listo! Pero en La Cuchara, evidentemente NO esperaba nada de eso, y ver cómo el chef juega no solo con las texturas de los ingredientes (la suavidad de la merluza, el crujiente de la patata, la jugosidad del calabacín al horno...), con los colores del plato, e incluso los volúmenes y alturas que dan presencia al plato. Y yo, como por los ojos. Y encima, ver cómo se deshace en lascas el pescado, como está de bien cocinada la verdura, en su punto, pues, oye, como que se me olvidó lo de la ensalada.
Carne: Carrillera al vino de oporto, con sal de vino y de setas.
Y decía T que ella con los platos degustación se quedaba con hambre... Parece que todavía la oigo diciendonos "pero esto no será cocina de autor de esa que te ponen un plato enorme y una mierdecita para comer, ¿no?" Pues no, queridos amigos. Saturadas estábamos ya, pero una vez más, no pudimos resistirnos, a una carne jugosa y con un toque gelatinoso, que tras un debate, (¡mierda, tenia que haber apostado!) comprobamos todas que efectivamente, tenia ese punto de gelatina que hacia del plato algo más cremoso. La salsa de vino al oporto, sencillamente perfecta, la presentación, quizás no tan bonita como la de la merluza, pero muy lograda, y el punto de la sal de setas y la de vino, a mi me encantó (arriba a la izquierda de la foto)
Postre: Crema de yogur con helado de mandarina y frutos rojos.
Y si habéis llegado hasta aquí sin haberos empachado solo con las imágenes, aun podréis con el postre. Como he comentado al principio, M y T celebraban sus respectivos cumpleaños, así que las dos cumpleañeras esperaban pues nuestro mítico volcán/coulant/soufflé de chocolate para poner el broche final a la cena, es más ambas dijeros "esperamos que no sea un yogur con frutas!". Y llega la camarera cooooonnnnnn (redoble de tambores!!!!) YOGUR CON FRUTOS ROJOS! Toma ya! ¿No querías sopa?, pues ala, taza y media!jajajaja
EL helado se lo comió T, y la sopa de yogur mezclado con los frutos rojos estaba muy rica, además de que se apreciaban muy bien los grandes trozos de fresa, moras, grosellas...
LA CUCHARA
C/Botica vieja, 27. Bilbao
944480124
Creí que al ir con un cupón de descuento de una página de internet (creo que fue de Colectivia), el servicio, la atención o incluso el menú sería algo peor, pero todo lo contrario. La camarera que nos sirvió a lo largo de toda la cena fue muy educada con nosotras, atenta y con una sonrisa. Nos explicó con detalle en qué consistía cada plato, con qué ingredientes lo habían elaborado, y nos señalaba todo aquello que desconocíamos.
El menú, más de sobresaliente, a pesar quizás de mi pequeña desilusión con la ensalada, pero por lo demás todo estaba en su punto, bien cocinado, bien presentado, y original, aun siendo ingredientes muy presentes en la cocina tradicional vasca.
Un muy buen cumpleaños con M, T, e I, las mejores amigas con quien se puede compartir un menú degustación, o unos donuts del Duffin Dagels, con velitas incluidas, por eso de que no tuvieran chocolate en el postre, se lo pusimos I y yo en su regalo: una caja con 6 dagels distintos para cada una.
Menú degustación, 41€, precio por Colectivia, 25€, bebida aparte.
